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El peronismo tendrá un centro de cómputos propio y apoyo gremial

Los fiscales del Frente de Todos enviarán fotos de los telegramas de las urnas para armar un organismo de fiscalización paralelo.

PERONISMO
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10-08-2019 12:54

El control de estas PASO, dominadas por la polarización, es uno de los ejes de la campaña del Frente de Todos tras las críticas que realizó sobre Smartmatic, la empresa ganadora de la licitación convocada por el Gobierno para digitalizar, trasmitir y contar los votos que se conozcan en un escrutinio provisorio el domingo, a las 21, tres horas después de que se cierre la elección.

El arma secreta de fiscalización que montó el kirchnerismo es un centro de cómputos paralelo al oficial, alimentado por las fotos de cada telegrama electoral con los resultados de cada urna que enviarán los fiscales que estarán en cada una de las 97.000 mesas que se abrirán en todo el país.

El operativo de control, si bien tiene un comando central, está delegado en cada distrito. Por ejemplo, Teresa García, que es la responsable de coordinar esa tarea en el territorio bonaerense, explicó que los fiscales tienen instrucciones especiales para estas PASO. Incluyen la orden de que se abran todas las escuelas a tiempo, explicarles que ni el delegado electoral ni el personal del Correo tienen injerencia en el desarrollo de los comicios, explicarles que las ONG que hacen tareas de observación pueden conversar con los fiscales generales, pero no incidir en el modo en que se sufraga.

Se los instruyó además para que después de las 18, cuando se abren las urnas, se aseguren de completar el telegrama, revisando los datos dos o tres veces. Los fiscales partidarios tienen la instrucción de sacar una foto de ese telegrama y mandarla por WhatsApp al centro de cómputos que armó el Frente de Todos. Lo hicieron los técnicos del Instituto Patria. La idea es tener un numero propio .

Complementa el dispositivo de control informático un ejército de fiscales apostados en los lugares de votación: son militantes, voluntarios, algunos trabajadores pagos y otros no, fortalecidos por el músculo de los intendentes propios y de los afiliados de los gremios peronistas que apoyan la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner.

El miércoles pasado, varios de esos intendentes estuvieron en el cierre de campaña que el exjefe de Gabinete compartió con Cristina Kirchner en Rosario y la rodearon en el acto de cierre junto a Axel Kicillof en Merlo.

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SOLVENTAR LA "TAREA DE CUIDA VOTOS"

Con el kirchnerismo fuera del poder nacional y de la provincia Buenos Aires, los intendentes (y sus cajas) son cruciales para solventar la tarea de cuidar los votos, sobre todo en territorio bonaerense, donde hay 37.704 mesas de votación distribuidas en 5582 escuelas. A estos fiscales, unos 60.000, hay que garantizarles traslado y vianda, además de miles de boletas extras para reponer en caso de robos o faltantes en los cuartos oscuros.

La mayoría de los gremios, en cambio, tendrán una participación limitada en el operativo de fiscalización. Hace 20 días, Fernández se reunió con los dos jefes de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, y con una veintena de jefes gremiales. Todos se comprometieron a "colaborar", pero en la práctica el apoyo en el territorio será más bien tibio. Hay excepciones, como la de Sanidad, el gremio de Daer, que aportó una columna al acto en Rosario y ubicará fiscales en varios puntos del país.

Sin embargo, el apoyo mayor vendrá de la mano de Hugo Moyano y el bancario Sergio Palazzo, hoy alejados de la CGT. Con ellos, Alberto se sacó la primera foto gremial, acompañado por Cristina Kirchner, cuando llevaba pocos días en campaña.

Más allá de esa excepción, el escaso aporte gremial se explica, en gran parte, por la casi nula presencia de sindicalistas en las listas de candidatos a legislador. Las excepciones son dos integrantes del gremio de Palazzo: Carlos Cisneros, que irá tercero en la lista de postulantes a diputado nacional por Tucumán, y Claudia Ormaechea, que ocupa el puesto 14° de la boleta en la provincia de Buenos Aires.

Los otros dos gremialistas favorecidos son Facundo Moyano, hijo de Hugo, que va undécimo en la lista de Buenos Aires, y el correntino Emilio Rotela, que encabeza una lista colectora y tiene chances de ganar.

En la ciudad de Buenos Aires, los votos de Matías Lammens, un extrapartidario presidente de San Lorenzo que quiere captar al electorado progresista, los cuidarán el PJ porteño y las agrupaciones que se unificaron en torno a Alberto Fernández. Alberto Santa María y Juan Manuel Olmos sumarán fuerzas a Unidad Ciudadana, La Cámpora, Kolina y Los Irrompibles, entre otros. Sumarán sus militantes, a los que se unirá la Mesa Sindical Peronista de Buenos Aires.

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