Por el partido revancha de las semifinales de la Copa Libertadores de América, Boca venció a River en La Bombonera, pero no le alcanzó para llevar la serie a los penales. El Millonario mantuvo la ventaja el encuentro de ida (2 a 0) y se convirtió en el primer finalista el certamen.
El imponente marco fue una muestra del partido histórico que se vivió en la Bombonera. Tras 15 minutos de demora por los papelitos que invadieron el campo de juego, Wanchope Ábila tocó para Carlos Tevez, y Boca dio el puntapié inicial en el apasionante compromiso frente a River.
Con una propuesta más ofensiva que la empleada en Núñez, el Xeneize se adueñó de la pelota a través de la velocidad de Eduardo Salvio, y la jerarquía individual de sus delanteros. Sin embargo, los contragolpes liderados por Milton Casco y Nicolás De La Cruz fue una preocupación constante en Gustavo Alfaro.
La vía aérea fue el primer recurso que aplicó el dueño de casa para lastimar al Millonario. La potencia Ábila y los anticipos de Emmanuel Mas fueron los argumentos más sólidos para amenazar a Franco Armani. En cambio, los de la Banda se animaban a apostar por disparos tímidos de media distancia que no le generaban ningún inconveniente a Esteban Andrada.
El estadio se vino abajo cuando Eduardo Salvio marcó el primero de la noche. El bloque de cemento tembló ante el grito generalizado, pero una mano de Mas en la jugada previa invalidó la acción.
Las dudas de Andrada y las imprecisiones en la última línea reflejaron la angustia con la que vivió la primera mitad el local. Una clara ocasión desperdiciada por De la Cruz fue una muestra de la vulnerable defensa Xeneize, aunque no logró convertir.
Mientras tanto, los delanteros e Boca continuaban lastimando con la pelota parada, y en la situación más compleja para Armani, Enzo Pérez desacomodó al arquero con un despeje fallido que de milagro no fue gol.
La primera etapa se terminó sin emociones.
En la reanudación del pleito una distracción de la defensa de River le dio la posibilidad a Wanchope Ábila de celebrar el 1 a 0, pero la demora del delantero facilitó la tarea de Martínez Quarta para desactivar el peligro.
Una situación similar a la que tuvo Mac Allister dentro del área chica, pero una definición ancha se diluyó en una confusión que Wilton Sampaio terminó resolviendo con un supuesto fuera de juego.
Como el tiempo se consumía, Alfaro decidió reemplazar a Almendra y Ábila por Hurtado y Mauro Zárate para tener mayor peso ofensivo. Así, el ex Vélez apeló a su individualidad para probar la resistencia de Armani con dos remates de media distancia. El único problema para Boca era la falta de marca en la mitad de la cancha, un factor que quiso capitalizar River.
Con un esquema más abierto, Gallardo sacó a Borre por Pratto para tener más oxígeno en la estocada final. Además, con el ingreso de Paulo Díaz (por Milton Casco) buscó ganar mayores recursos en la pelota parada.
Sin embargo, cuando faltaban 10 minutos para el cierre del encuentro la única arma que supo usar Boca llegó a la red. Un centro que llegó a la cabeza de Lisandro López recorrió toda la zona millonaria y, después de una aparición de Zárate que obstruyó la acción, Jan Hurtado la empujó hasta el fondo de la red. El grito de desahogo cargó de suspenso al desenlace del duelo.
Con la ventaja a su favor, el local buscó de todas las formas y por todos los caminos convertir un tanto más y estirar la seria a la definición desde los doce pasos, pero no pudo conseguirlo.
El Millonario aguantó el resultado y la ventaja conseguida en el Monumental para acceder un vez más en la era Gallardo a una final de Copa Libertadores.
La final se jugará el 23 de noviembre por ahora en Santiago de Chile. River se enfrentará al ganador de Flamengo y Gremio que en el partido de ida igualaron 1 a 1.