Se jugó un martes a la tardecita, un 16 de noviembre de 2010. Es que River ya tenía programado recitales los días previos (cantaron Paul McCartney, el miércoles 10 y el jueves 11, y los Jonas Brothers, el sábado 13) desde antes que se diera a conocer el fixture. De todos modos, le tocaba jugar de visitante. Sin embargo, las fechas se corrieron porque se había suspendido la jornada del último fin de semana de octubre por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.
Su mujer, Cristina Fernández, era la primera mandataria de la Argentina y el dólar estaba $4. Alberto Fernández había renunciado dos años antes a la jefatura de Gabinete y Mauricio Macri era jefe de gobierno porteño.
Daniel Passarella presidía River y Jorge Amor Ameal Boca. Daniel Angelici había renunciado tres meses antes a la tesorería de Boca y ya se preparaba para su candidatura a la presidencia del club para las elecciones de 2011 que terminaría ganando. Rodolfo D'Onofrio había perdido las elecciones en River el año anterior y continuaba con sus actividades privadas, al igual que Enzo Francescoli. En tanto, Marcelo Gallardo jugaba en Nacional de Montevideo y Ariel Ortega aún vestía la banda roja junto a Matías Almeyda. Mientras que Juan Román Riquelme (en ese clásico se retiró lesionado en el entretiempo) y Martín Palermo aún estaban en actividad y jugaban en Boca.
Aquella tarde del martes 16 de noviembre de 2010 River recibió a Boca en el Monumental. Fue el primer partido de Juan José López como entrenador Millonario. Terminó siendo el último del "Bichi" Borghi como DT de Boca. River ganó 1-0 con un gol de cabeza de Jonatan Maidana, que vestía por primera vez la Banda Roja en un Superclásico tras haberse puesto la azul y amarilla en años anteriores.
River festejó aquel triunfo como si se tratara de un campeonato. Es que estaba con la soga al cuello. Había esperanza de mejorar el promedio y salir de la zona roja. Nadie imaginaba lo que vendría en esa misma temporada, meses más tarde. La caída con Belgrano a la Promoción y el descenso a la B Nacional.
Tampoco nadie imaginaba lo que vendría después. La notable recuperación. El rápido regreso a Primera, el cambio de aire con la nueva dirigencia (se fue Daniel Passarella y llegó Rodolfo D'Onofrio), volver a ser campeón de la mano de Ramón Díaz y tocar el cielo con las manos con Marcelo Gallardo con las conquistas internacionales y la supremacía sobre Boca en el último lustro.
Sin embargo, a pocos días de volver a verle la cara a su eterno rival, a casi nueves meses de superarlo en Madrid y ganarle la Copa Libertadores, hay un nuevo pagaré que asoma para que el Muñeco intente levantarlo.
Es que aquel 16 de noviembre de 2010 fue la última vez que River venció a su eterno rival en el Monumental por torneos locales. Pasaron casi nueves años. Y River aún no cortó la racha. Algo similar sucedió en la década del noventa cuando, entre el 2-0 del Apertura '90 (con goles de Jorge Higuaín y Rubén Da Silva) y el 2-0 del Apertura '99 (tantos de Pablo Aimar y Juan Pablo Angel), pasaron 9 años para que River volviera a ganarle a Boca en su cancha por un campeonato doméstico.
En los últimos 9 años, tras aquel triunfo de River en 2010, hubo 4 victorias de Boca (1-0 en 2013 y 2015; 4-2 en 2016 y 2-1 en 2017) y tres empates (2-2 en 2012; 1-1 en 2014 y 0-0 en 2016).
Hubo victorias en Núñez durante el ciclo Gallardo en el ámbito internacional (1-0 en las semifinales de la Sudamericana 2014 y 1-0 en los octavos de final de la Libertadores 2015), que fueron más importantes que los encuentros locales, lógicamente. Y que también serán más recordadas. Pero al Muñeco le queda arriba de la mesa el pagaré de ganarle a Boca en la Superliga y el domingo puede ser una buena oportunidad para saldarlo y, de paso, cortar la racha en Udaondo y Figueroa Alcorta en el ámbito local.
Fuente: Clarín.
