COPA DE LA LIGA
por Lo ganó el único que se animó a arriesgar. Lanús arrancó la Copa de la Liga con un triunfazo. Y la diferencia entre ambos equipos fue la ambición. El San Lorenzo del Gallego Insua especuló, estuvo muy atado y, en una ráfaga, Walter Bou le pegó dos cachetazos tan duros como merecidos por cómo se presentó el desarrollo del partido. Un duelo en el que el Ciclón siempre procuró mantener el orden defensivo. Esa fue su prioridad. Fue muy cauteloso y le faltó más fluidez, cambio de ritmo, aceleración y frescura para elaborar. En definitiva, por momentos se vio a un equipo muy estático, que careció de decisión, que no se animó a soltar las amarras para ir por el triunfo con el nivel de determinación que demandaba el encuentro. El sistema táctico, con línea de tres en el fondo, tuvo a los carrileros más ocupados del retroceso que de su función ofensiva. Y por eso el equipo generó muy poco.
El primer tiempo estuvo signado por la paridad. San Lorenzo tuvo un poco más de posesión, pero quedó partido e inconexo, con Barrios y Ferreira aislados arriba y con dificultades para abastecer a Bareiro. Braida fue el más punzante con su ida y vuelta y desbordes. Y protagonizó un duelo especial con Cáceres y también con Carrera, quienes en su afán por detenerlo terminaron amonestados. El Granate tampoco tuvo mucha fluidez y apostó principalmente al desequilibrio de Marcelino Moreno, quien encaró constantemente a Giay. En esos 45 minutos iniciales hubo muy pocas llegadas. El visitante amenazó con un disparo desviado de Peña Biafore. Y el local, que en el tramo final se paró más arriba y empujó en bloque para comenzar a merodear el área rival, estuvo cerca con un cabezazo de Campi al que le faltó dirección.
El Granate levantó en el complemento
Lanús arrancó mejor el complemento. Las incursiones ofensivas de Moreno habían sido prácticamente en soledad en la primera mitad, pero Boggio se encendió en el segundo tiempo y ambos conformaron una sociedad para tratar de construir juego. San Lorenzo entró sin ritmo ante un adversario muy concentrado y con más intensidad. Y Altamirano tuvo que exhibir sus reflejos para taparle un remate muy peligroso a Loaiza en una acción que representó un llamado de atención para el dueño de casa. El Gallego Insua notó algo desorientado al equipo y buscó una reacción con los cambios: dispuso el ingreso de Tarragona para tener más presencia en el área y también puso a Remedi para ordenar la mitad de la cancha.
San Lorenzo arriesgó poco y se quedó siempre a mitad de camino cuando la localía imponía la responsabilidad de ir por todo. Bou olfateó sangre y no perdonó.
A ambos equipos aún les falta aceitar el funcionamiento y amalgamar a las caras nuevas. En San Lorenzo debutaron seis refuerzos: Romaña y Ferreira fueron titulares, mientras que Tarragona, Remedi, Cuello y Tapia ingresaron en la segunda etapa. En Lanús, que tuvo diez altas, tuvieron su estreno Domínguez, Carrera y Bou, la gran figura. Y Moreno, quien volvió tras su paso por Platense, fue de lo mejor del equipo de Zielinski.
El premio se lo llevó el único equipo que se animó a ir a buscarlo.
Fuente: Olé
