Fútbol Femenino

Quién es Estefanía Banini, la 10 que quiere volver a la Selección Argentina y está en el 11 ideal de FIFA

La jugadora argentina del Atlético de Madrid habló de cuando sus padres le ofrecieron jugar al vóley en lugar de fútbol, los que le dijeron que no, su polémica salida de la Albiceleste y las ganas de regresar. Una historia que inspira.

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06-02-2022 11:53

En el año de la Selección argentina campeona de la Copa América que rompió la sequía de títulos durante 28 años, en el de Lionel Messi como referente definitivo, en el de Rodrigo De Paul como emblema y en el de la reivindicación de Lionel Scaloni, el gran DT, otro nombre pintado de Albiceleste y con el fútbol como bandera brilló a nivel mundial en 2021 y fue el de Estefanía Banini.

La argentina, de 31 años y nacida en Mendoza, fue incluida por la FIFA en el equipo femenino ideal del año por su desempeño en el Levante de España y en el Atlético de Madrid, equipos a los que representó en esa etapa. Hoy es figura en el Aleti, allí donde manda el intocable Diego Cholo Simeone.

Estefanía fue apoteótica en Francia, durante el Mundial, cuando el planeta fue testigo de su talento. Nunca pudo jugar profesionalmente en una Argentina, donde el fútbol femenino se profesionalizó ayer nomás, pero no se potenció. Debutó en Colo Colo de Chile en el 2011, luego jugó en el Washington Spirit de Estados Unidos, en el Valencia, el Levante de España y el Atlético de Madrid.

Con el seleccionado argentino jugó, entre otros torneos, el Mundial de Francia 2019, donde fue capitana a lo largo de los tres partidos que el equipo protagonizó en la primera ronda, con un gol convertido. Luego, un conflicto con el DT Carlos Borrello cuyo argumento ella asegura desconocer, la borró de las convocatorias y hoy, con la llegada de Germán Portanova al cargo de entrenador, espera volver a ponerse la 10 celeste y blanca.

Afincada en Madrid y recargada de expectativas en la etapa final de la recuperación de una operación de rodilla, apunta a clasificarse a la UEFA Champions League con el Colchonero y coronar una carrera que comenzó cuando era tan chiquita que sus padres no le creyeron cuando les contó que había decidido ser futbolista. En diálogo con TN, la 10 contó su historia, desandó los caminos que la llevan a ella misma y quiere catapultar su mensaje de igualdas de oportunidades entre hombres y mujeres.

Mi kick off de este partido será un ¡por fin! Por fin estamos acá, en esta charla que no resulta tan sencilla porque, pregunto, ¿sos silenciosa por elección o...?

-Creo que son momentos, estamos en un mundo donde cada noticia lo es muy poco tiempo, explota, es un boom y se empapa con muchas otras, estamos viviendo en un mundo con muchísima información. No sé si soy callada o silenciosa o como se lo quiera llamar. Soy más de hablar cuando entiendo que tengo algo para decir, sobre todo cuando se trata de medios argentinos y con la intención de promover el fútbol femenino, para que se nos siga escuchando y viendo.

¿Cómo te llevás con Estefanía Banini?

(Se ríe) -Por momentos bien y por momentos la quiero matar (vuelve a reírse, esta vez con complicidad con ella misma) Por ahí es complicado... En este mundo donde se ve absolutamente todo lo que uno hace, trato de hacer las cosas bien, de no equivocarme y, si me equivoca, de aprender, pero vivimos en una sociedad donde el error está mal visto y no debería porque es en esos momentos uno aprende.

¿Te presiona el error?

-Por ahí es una presión extra querer hacer todo bien o estar permanentemente correctA en todo tiempo, por ahí yo debería quitarme esa presión, pero por otros momentos me gusta esa responsabilidad, me gusta ser una futbolista que tiene cierto reconocimiento, de poder luchar para poder mejorar el futbol femenino en Argentina, que se siga viendo, que siga creciendo, y desde mi lugar, donde lo único que puedo hacer esa hablar, es contar cómo son las cosas, y pedir por má. Creo que en este momento es lo que debo hacer desde mi rol”.

¿Cuál es tu primer recuerdo con una pelota?

-Mi primer recuerdo es estar en el patio de mi casa, pateando contra la pared, y jugar a que tenía que picar solo una vez. Tengo muy presente el recuerdo de hablar con mi familia diciédoles que quería jugar al fútbol y ellos se sorprendieron, se sorprendieron mucho...

Pero lo decías porque te gustaba jugar o porque realmente sentías que a eso te ibas a dedicar?

-Desde muy chica tenía muy claro lo que quería. Lo sentía con seguridad, era pasión que era interna y muy fuerte. Recuerdo que en esa charla con mi familia, mis padres me daban a elegir un montón de otros deportes, menos el fútbol.

¿Cómo fue esa charla?

-Me acuerdo que estábamos en el comedor, se sentaron los dos conmigo y me dijeron '¿pero no querés hacer vóley, hockey, básquet?' Todos los deportes me ofrecían y yo, no sé si era capricho o qué, pero les decía 'no, no, no'. Yo quería jugar al fútbol. Sé que en algún momento mi papá le dijo a mi mamá que me dejaran jugar, 'total era un capricho y ya se le va a pasar...'

¿Y encotraste en ellos el apoyo?

-Ellos sí, pero me acuerdo de ir a buscar club con mi mamá, de ir a ver categorías de mi edad, niños de mi edad, verlos y yo querer ir a jugar con ellos y los profesores o encargados de los clubes diciendo que no. Nos decían que los cupos estaban todos ocupados o que tenía que hablar con el encargado o si era el encargado tenía que hablar con el profe y todos decían que no.

Hasta que...

-Bueno, pasamos por muchos clubes de barrio que me dijeron que no podía, hasta llegar al club Cementista y el profe Perico, Eduardo Pérez, fue el tipo que dijo que sí, sin ningún problema y yo siempre pienso que él fue un adelantado en su momento porque él nos lo dijo cómo diciendo ¿por qué no va a poder?

Y de reprente pasás de que te digan que no podés jugar con varones a llevar la 10 de la Selección, ¿qué se siente?

-Es hermoso. Sabemos la historia que tiene ese número en la Argentina y lo que representa para todos nosotros. De niña mi ilusión iba creciendo y de repente te encontrás con la celeste y blanca, que es la más linda de todas, y encima es la N°10. La verdad es que es muy lindo, sobre todo por la historia y que te la den es hermoso porque se siente el peso de lo que han hecho los jugadores que la usaron, por eso es muy agradable vestirla.

Tu historia en la Selección marca que debutaste, fuiste la brújula hacia el objetivo de llegar al Mundial, brillaste en Francia 2019 y después no volvieron a convocarte. ¿Qué pasó?

-Lo que digo siempre: yo a la Selección nunca le dije que no. En su momento aclaré que no era por ningún tipo de lesión, y dije por qué no estaba, porque se empezó a decir que mi club no me dejaba y yo no quería que se inventara una lesión que no había, entonces expliqué por qué no estaba y del otro lado dieron razones de querer hacer un recambio, de mostrar otras cosas y bueno...

¿Vos creés que fue una cuestión estrictamente futbolística?

(Lo piensa) -No lo sé, creo que esa respuesta te la tendría que dar la otra persona (NdR: el entrenador de entonces era Carlos Borrello). Yo me encontré con declaraciones en redes sociales, por ahí directamente a mí no se me habló, entonces bueno, es evidentemente que esas razones no las tengo que dar yo porque por mí no pasó la decisión de no volver a la Selección”.

¿Cómo impactó en vos lo ocurrido?

-Yo me dediqué a seguir jugando, a seguir entrenando, tratando de dar el cien por ciento para mi club porque al final eran quienes cumplían conmigo, y lo que no quería era que se hablaran cosas que no eran ciertas como acusar una lesión o que el club no me daba permiso y demás. De mi lado se dijo lo que estaba pasando y del otro lado no te puedo decir realmente por qué se tomó esa decisión porque no estoy en su cabeza.

Hoy hay una nueva conducción con la dirección técnica de Germán Portanova. ¿Volvés?

(Se ríe, parece gesticular un 'ojalá') -Bueno, el entrenador se comunicó conmigo cuando asumió, me expresó lo que él pensaba del tema Selección, me aclaró si contaba o no conmigo en ese momento, me dijo que me iba a seguir, y hasta ahí legamos... Yo estoy tranquila porque sé que estoy haciendo todo lo posible de la mejor manera y cumpliendo con lo que me toca. Después, si voy a volver o no, no es mi decisión.

Fuiste elegida por la FIFA en la gala del premio The Best como parte del equipo ideal del año 2021. ¿Por qué dijiste que no lo esperabas al premio?

-Yo creo que un reconocimiento tan grande como es el de estar entre las 11 mejores del mundo es muy fuerte. Me acuerdo que cuando salió, yo estaba acá en España y lloraba como una tonta, no me imaginaba algo tan grande. Yo de chica sabía lo que quería y soñaba con jugar en la Selección argentina y jugar un Mundial, porque ese era mi sueño y el resto vino tras perseguir ese sueño. Creo que aún no le di la dimensión real que tiene.

¿El boom del fútbol femenino llegó para quedarse?

-Yo creo que nos estamos dando cuenta, no solo en el fútbol sino en todos los ambientes laborales, que la mujer tiene que tener los mismos lugares que los hombres o, mejor dicho, las mismas oportunidades. Nos encontramos con años, décadas de diferencia donde empezamos con una desventaja... Pero aunque las oportunidades no sean las mismas, sí noto un crecimiento y es con lo que me quedo.

¿Cómo es estar en el Atlético de Madrid?

-Uf... Es un club grande, que tiene muchos recursos, que tiene muy buenos jugadores, pero lo más lindo que tiene este club son los valores, que se parecen mucho a los de los argentinos, tal vez por la huella que dejó cada uno de los que pasó por acá y que se han encargaron de que este club tenga esos valores de lucha, de quizá no tener el poder de los más grandes, pero está ahí, se mantiene, lucha y tiene mucha garra.

¿Pensás en todo lo que lograste?

-Por momentos me pongo a pensar en todas las cosas que he tenido que pasar y la verdad es que es fuerte, hoy te conté eso de no tener qué un club me acoja y que me deje jugar, y esas situaciones se han repetido a lo largo de mi carrera. Es fuerte pero hoy me siento muy afortunada por la vida que llevo, agradezco estar vistiendo este escudo, estos colores y vivir de lo que me gusta.

¿Tu lucha es la de todo un pasado?

-Claro, porque mi historia es como la de las demás argentinas e incluso extranjeras. Tuvimos que pasar por muchísimas cosas para hoy estar en un fútbol profesional, tenemos que estar lejos de casa, que eso nos pesa muchísimo, pero miro y más allá de todo es muy lindo, siento que nos da un plus esto de saber luchar contra todo, tenemos una garra extra que sale de todo o que nos ha tocado pasar y hoy estoy muy feliz de haber vivido todo, porque es lo que ha hecho que hoy esté acá.

¿Qué extrañás de Argentina?

-Todo. Una se acostumbra a extrañar. Mi familia, mis amigos, eso es muy obvio porque las personas son lo más importante, pero hay momentos que para mí valen oro, como juntarte los domingos a comer con tu familia, esa previa, esas charlas, con mi familia siempre jugamos juegos de mesa.

¿Sos buena en eso?

(Se ríe) -Soy muy competitiva y ahora toda mi familia se debe estar riendo porque es verdad, soy muy competitiva, pero los juegos de mesa me encantan, no sé si soy buena o no, pero me encanta disfrutar, bromear con mis hermanos, eso es algo que extraño muchísimo.

¿Y hay algo puntual que extrañes?

-Mirá lo que te voy a decir: extraño jugar al fútbol. Eso de no tengo que hacer algo, cumplir con algo táctico, extraño jugar divirtiéndome, eso es lo que extraño, jugar los picados con mis amigos.

¿Qué es lo primero que hacés cuando llegás a la Argentina?

-Llego a mi casa, saludo a mi familia, le escribo a mi mejor amigo para armar un picado y trato de disfrutar, de aprovechar los momentos para estar con mis familiares y amigos. Y siempre, aunque esté de vacaciones, voy al gimnasio del club Cementistas a entrenarme y a estar con los chicos.

¿Cuál es la historia de tu foto con Lionel Messi?

-Uhh, hermosa. Fue gracias a Claudio Tapia, el presidente de la AFA, cuando estuvimos en el proceso al Mundial de Francia. Se organizó un almuerzo con los jugadores de la Selección con los que coincidimos en el predio y fue muy lindo...

¿Y la foto?

-¡Ah, sí! Terminó ese almuerzo y ellos tenían libre para irse a sus casas, pero obviamente todas queríamos una foto con él y tuvo el detalle de quedarse hasta el final. Podría haberse ido rápido, estaba en todo su derecho a irse a su casa a estar con su familia o lo que sea y no, se quedó, nos dio su tiempo, y ahí me di cuenta lo grande que es además como persona.

¿Qué viene para vos?

-Ahora estoy mentalizada en volver de la lesión, de agarrar minutos y estar tranquila, no apurarme. Mi objetivo es jugar una Champions League con el Atlético de Madrid, conseguir esa plaza y a eso apuesto.

Claro. Ya tu carrera es grande y seguís queriendo más. Pensando en aquellos otros deportes que te ofrecían por sobre el fútbol, ¿qué te dicen hoy tus padres?

(Se ríe) -Siempre nos acordamos de eso, lo tenemos marcado a fuego porque es gracioso cómo se vivía en ese momento. Pero quiero decir que más allá de que se sorprendieron en su momento, tuve la suerte de tenerlos porque siempre me apoyaron. Mi papá es un loco del fútbol y después de cada partido le pregunto cómo me vio, qué tengo que mejorar... A los dos nos encanta esto y compartir esta pasión con mi papá es hermoso y la verdad que hoy creo que están orgullosos de esto y yo de ellos porque me pudieron apoyar y estamos muy felices por todo lo que he conseguido y yo se que es gracias a la familia que tuve.

¿Vale la pena soñar?

-Más vale. Y en ese sentido quiero darle ánimo a todas esas niñas que sueñan con jugar al fútbol para que se animen a sostener esa ilusión y la persigan hasta conseguirla.

Fuente: TN

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