Este sábado se fue Santiago García y dejó un hueco profundo tanto en el fútbol argentino como el uruguayo. Es que desde su debut como profesional allá en el 2008 con la camiseta de Nacional y sus posteriores aventuras en Athletico Paranaense, Kasimpasa de Turquía y el River Plate charrúa; desde su arribo a Godoy Cruz hace cinco años que lo adoptamos como propio.
Si la gente del Tomba habrá coreado su nombre y celebrado los 51 goles que anotó en las 119 veces que defendió la casaca del Bodeguero. También hubo insultos, por parte de los hinchas de aquellos clubes rivales que sufrían la presencia del Morro en su propia área, pero solo por una cuestión del folclore deportivo, ese que él aceptaba. Hasta contó una vez -entre risas- que le arrojaron orina desde una botella en pleno partido.
Es que si bien no era de trascender por fuera de lo deportivo, en alguna que otra entrevista que brindó, el nacido en Montevideo dejó ver su personalidad tan fuerte como divertida. "En Uruguay tuve una etapa en la que se me apagaban un poco las luces y a veces no aguanta, era chico y muy calentón", le manifestó en una nota a Líbero, comentando que fueron varias las veces que fue a buscar a un hincha que le gritaba cosas.
También se plantó con barras y con rivales. Una de las historias más fuertes que decidió contar ocurrió en un "amistoso" de verano, disputado entre El Bolso y Peñarol, el 21 de enero de 2014. El Tricolor lo ganó 1-0, pero los festejos quedaron a un segundo plano cuando hubo una batalla campal en el campo de juego, en la que participó del delantero.
34 gritos en 81 juegos disputados para García con esa camiseta, con la cual también acumuló dos días preso. Sí, esa riña con el Manya derivó en una lluvia de expulsiones y varios players a la comisaría. "Cuando nos mandaron a declarar, nos dijeron que iba a ser rápido. Estábamos a la mañana en la Policía Técnica, en un pasillo angosto, no había más lugar que una silla y una mesa. Pasaron varias horas y nada: eran como las 5 de la tarde y no habíamos almorzado", comenzó su relato en una nota con La Nación.
"Cambió mi vida para siempre ese episodio, cuando llegamos al penal", recordaría años más tarde sobre ese hecho de película. "Eran las 10 de la noche y, de pronto, nos dijeron que nos sacáramos las cadenas, los cordones, los cinturones. Van al calabozo, nos dijeron. A la mañana siguiente teníamos que presentarnos en un juzgado. Todo esto, sin comer en todo el día", agregó el charrúa, aclarando que guardaba un gran temor tras pasar dos noches allí.
No hay palabras ni consuelo.
Inmenso dolor por la muerte de uno de los jugadores e hinchas más queridos en en la historia reciente de Nacional.
Todos lloramos por “El Morro” Twitter
">#QEPD Twitter
- Nacional (@Nacional) Twitter">February 6, 2021