Cada 13 de julio se rinde homenaje a todas aquellas mujeres que con destreza manual practican el oficio milenario del tejido. Su labor es única y todas sus piezas son distintas entre sí. Somos Jujuy dialogó con una mujer que teje su propia historia y supo reinventarse en medio de la pandemia, hoy vende por Mercado Libre y sus productos se exhiben en Instagram.
Irma Beatriz Puca tiene 38 años y hace 26 que aprendió a tejer gracias a su mamá. “Tejo a dos agujas, eso es lo que hago”, sostuvo con más de un cuarto siglo de experiencia en este trabajo.
La pandemia golpeó fuerte la economía global y se acentúo en lugares como Humahuaca en donde el turismo juega un papel fundamental en el sostenimiento de emprendedores, artesanos y comerciantes. Este fue el caso de Irma que se encontró en su ciudad natal sin un mercado para sus tejidos y una cadena productiva parada en la que no era sólo ella la perjudicada.
“Empecé a ofrecer mis pullovers en Mercado Libre con un poco de ayuda porque sabemos que afuera valoran mucho lo artesanal”, explicó Irma especificando cómo comenzó su resurgir en medio de un mundo nuevo que la impulsaba a una “nueva normalidad”.
Con ayuda y sin hacer descansar sus agujas, apostó a crecer y mostrar sus productos en Instagram. “Fui avanzando de a poco, por comentarios y recomendaciones se va logrando”, sostuvo.
En pleno auge de su negoció conoció a una mujer de España que prepara regalos personalizados para bebes y mujeres embarazadas. Ambas supieron ver en el tejido de Irma la posibilidad de potenciar sus emprendimientos y elaboró mantas para enviar al viejo continente.
Si bien los hijos de Irma no aprendieron el oficio, ella intenta enseñarles y hoy en día aprendieron a hacer tulmas, llaveros y atrapasueños.
Irma vende como siempre lo hizo en Humahuaca pero también hace envíos y ventas porque ni un virus logró que las agujas que empezaron desde que tiene 12 años, pararan de tejer.
“Hice un logo que me identifica con una marca que es mi nombre, es para poder vender y que conozcan lo que hago”, afirmó Irma en diálogo con Somos Jujuy.
El crecimiento de Irma hizo girar una rueda que no termina en ella. La posibilidad de vender sus productos ante la ausencia de turistas permitió que ella le comprara lana a una productora de Abra Pampa. “Consigo el vellón de lana de otra mujer y tengo que hilar la lana porque es más barato que comprarla. Es un trabajo artesanal desde el principio hasta el final”, detalló con orgullo.
