En medio de un operativo de seguridad inédito, con una Washington casi militarizada, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tomará posesión de su cargo en las escalinatas del Capitolio este miércoles a las 14 de nuestro país.
“Seré un presidente que busque unificar, no dividir”, declaró el demócrata Joe Biden en su primer discurso tras ganar las elecciones. Pero los eventos de las semanas siguientes, con la negación de Donald Trump a reconocer la derrota, el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores y el segundo juicio político contra el republicano, hacen de la investidura de este miércoles un evento totalmente atípico y de su promesa, un desafío colosal.
Con 78 años, Joe Biden, el 46° presidente de EEUU, será el de mayor edad. Pero este no es el único “récord” que rompe. En su tercer intento de llegar a la presidencia, Biden fue también el candidato más votado de la historia de EEUU, con más de 74 millones de votos. Sin embargo, por la pandemia de coronavirus y el temor a protestas violentas, este político de carrera asumirá este martes al mediodía (a las 14 en la Argentina) en una ceremonia inusual, con una asistencia reducida, y en una ciudad blindada por más de 20.000 soldados.
Donald Trump, el gran ausente omnipresente
Como es de costumbre, al traspaso de mando asistirán todos los ex presidentes vivos y sus cónyuges para dar una imagen de unidad, con la excepción de los Carter por su edad avanzada. Estarán Barack y Michelle Obama, Bill y Hillary Clinton y George W. y Laura Bush. Pero el acto tendrá una ausencia de peso: Donald Trump.
El mandatario, que enfrenta un segundo juicio político por “incitar a la insurrección” en el Capitolio, decidió volar temprano por la mañana hacia su club de Mar-a-Lago, en Florida, su “lugar en el mundo”.
Es el primer mandatario saliente en no asistir a la investidura de su sucesor en más de 150 años, desde que Andrew Johnson se saltó la toma de posesión de Ulysses S. Grant en 1869.
Para muchos, esta es otra tradición democrática que rompió Trump, otra señal de la profunda grieta que atraviesa los Estados Unidos. Sin embargo, más que un desplante, la ausencia del magnate fue vivida con alivio por Biden. El vice de Obama aseguró que fue “una de las pocas cosas” en las que ambos estuvieron de acuerdo. Sí se espera que esté presente el vicepresidente Mike Pence.
Canciones, poesía, bendiciones y una nueva fórmula presidencial
Antes de asumir el cargo, Joe Biden asistirá a una misa en la Catedral de San Mateo con los líderes republicanos y demócratas del Congreso para transmitir un mensaje de unidad en medio de la grave polarización que afecta al país.
La ceremonia de investidura comenzará a las 13, hora argentina. La cantante Lady Gaga entonará el himno nacional y la poetisa Amanda Gorman leerá versos compuestos especialmente para esta ocasión. Luego cantarán la estrella pop Jennifer López y el cantante de country Garth Brooks, tras lo cual Silvester Beaman, pastor de la Iglesia Metodista Episcopal Africana, impartirá una bendición.
Después tendrá lugar el histórico juramento de Kamala Harris como vicepresidenta, la primera mujer en ocupar ese cargo en EEUU. Cuando las campanas suenen las 12 en Washington DC, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, tomará el juramento constitucional que Biden pronunciará con su mano sobre una edición de 1893 de la Biblia, sostenida por su esposa Jill.
El acto tendrá lugar en el lado oeste del Capitolio, frente a la Cámara de Representantes y el Senado y mirando hacia el National Mall y el monumento a George Washington.
Pero este año en el National Mall no habrá miles de personas que agitarán banderas, ni enormes pantallas. La icónica explanada estará cerrada debido a problemas de seguridad y para evitar la propagación del coronavirus. Desde el entorno de Biden y la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, pidieron a la gente que no venga a Washington, sino que miren el acto por TV.
“La jura de Biden no será como ninguna otra en los tiempos modernos. No habrá una gran multitud de seguidores festejando en el National Mall, sino un gran despliegue de seguridad en vista de las amenazas de los extremistas de derecha. Muchos temen por lo que podría suceder, y hasta hubo quienes desearon que Biden jure dentro del Capitolio en un lugar más seguro”, contó el politólogo Bruce Miroff, de la Universidad de Albany.
La capital estadounidense es una ciudad irreconocible, con más de 20.000 militares armados en las calles, vallados y hasta alambre de púas. “El Capitolio parece en pie de guerra. Hay tropas que acampan allí por primera vez desde la Guerra Civil. Se anticipó violencia en todo el país. De hecho, es un momento peligroso para nuestra democracia”, afirmó Richard Waterman, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Kentucky.
“El aire está inusualmente tenso debido a las amenazas generalizadas de más violencia. La falsa afirmación del presidente Trump de que le robaron las elecciones movilizó a los elementos más extremos y peligrosos de su base. El asalto al Capitolio mostró lo que son capaces de hacer”, dijo Miroff.
Fuente: TN