El Papa Francisco encontró hoy en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, con el padre de Alan Kurdi, el niño sirio de apenas tres años que murió ahogado cuando intentaba llegar en un bote a Turquía en 2015 escapando de la guerra. Se trata de Abdullak Kurdi, padre del chico que apareció ahogado en una playa turca y se convirtió en un símbolo del drama de millones de inmigrantes y refugiados.
Ayudado por un intérprete, Francisco y Abdullak dialogaron varios minutos. Allí hubo palabras de dolor, cercanía y agradecimiento. A pesar del drama, el hombre agradeció al Papa por “su cercanía también a todos los migrantes que buscan comprensión, paz y seguridad dejando su país arriesgando la vida”. Fue tras la misa en el estadio Franso Hariri, el único encuentro donde se permitió participar a 10 mil fieles.
Así lo informaron los corresponsales de temas vaticanos, que están junto al Papa.
Aldullak le contó además que en aquel naufragio perdió además de Alan, a su otro hijo de cinco años y su esposa. El Papa expresó su participación en su sufrimiento familiar que terminó en tragedia.
La familia Kurdi es originaria de Kobani, en el norte de Siria, y estaba escapando de esa ciudad, sitiada durante meses por el grupo yihadista Estado Islámico, en un intento de llegar a Europa para después emigrar a Canadá.
Alan, su hermano y su madre se encontraban entre los doce sirios que murieron ahogados después de partir de la ciudad turística turca de Bodrum.