Después de dos días de resistencia, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva se entregó este sábado a la Justicia para comenzar a cumplir su condena de doce años y un mes de prisión por delitos de corrupción vinculados al escándalo conocido como “Lava Jato”.
El dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) llegó pasadas las 22.30 local a la sede de la Policía federal (PF) de Curitiba, donde purgará su pena en una celda de unos 15 metros cuadrados, con baño privado y derecho a dos horas diarias de aire libre.
Lula arribó a bordo de un helicóptero, tras se trasladado desde San Pablo en avioneta. En ningún momento se lo vio esposado, como había dispuesto el juez Sérgio Moro.
Varias centenas de detractores del ex mandatario se congregaron frente al edificio, lanzando fuegos artificiales, haciendo sonar cornetas y silbatos y golpeando cacerolas. Desplegaron una bandera de Brasil gigante, al grito de "Viva la República de Curitiba, viva Sérgio Moro", refiriéndose al magistrado que ordenó su encarcelamiento.
En ese contexto, el juez Ernani Mendes Silva Filho prohibió que se realicen protestas y acampes en los aledaños de la sede de la Policía Federal de Curitiba, tras verificar la "aglomeración de personas y movimientos que pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y graves lesiones al orden de la seguridad".
FUENTE: CLARÍN
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