Cuando faltan apenas 13 días para las elecciones presidenciales en Brasil, el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro , del Partido Social Liberal (PSL), víctima de un atentado a principios de mes, detuvo su ascenso en las intenciones de voto, en medio de ataques de sus rivales y de un vigoroso movimiento de mujeres, gays y artistas que en las redes sociales han criticado las posturas radicales del diputado, según apuntó una nueva encuesta de Ibope.
En cambio, el aspirante del Partido de los Trabajadores (PT), el exalcalde de San Pablo Fernando Haddad, se mantiene en un sostenido crecimiento desde que reemplazó al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva , cuya candidatura fue impugnada por estar condenado a 12 años de cárcel por corrupción.
De acuerdo al sondeo de Ibope divulgado esta noche, Bolsonaro sigue como favorito pero se estancó en 28% de apoyo, igual que en la anterior encuesta del mismo instituto, la semana pasada. Haddad, por su parte, subió tres puntos porcentuales y hoy llega a 22% de las preferencias, una cifra que lo distancia mucho del resto de los competidores y virtualmente le aseguraría un puesto en el ballotage del 28 de octubre para disputar la Presidencia con Bolsonaro. La polarización derecha-izquierda no sólo se afirma por estos números de intención de voto sino también por las tasas de rechazo de Bolsonaro y Haddad, 46% y 30% respectivamente, las más altas de todos los candidatos.
Según Ibope, en el tercer lugar de preferencias continúa Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), con el mismo respaldo del 11% que tenía la semana pasada. Ya en el cuarto lugar se ubica el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien incrementó un punto, a 8% sus intenciones de voto. Y, por último entre los principales candidatos, se halla la ecologista Marina Silva, de la Red Sustentabilidad (Red), quien sigue en tendencia a la baja, y pasó de 6% de apoyo la semana pasada a 5% ahora. El número de indecisos bajó de 7% para 6%, y el de personas que votarían en blanco o anularían su sufragio se redujo de 14% para 12%.
Convaleciente en el Hospital Albert Einstein de San Pablo desde el atentado con cuchillo que sufrió el 6 de septiembre en una manifestación callejera en Juiz de Fora, Bolsonaro tuvo una semana agitada que lo debilitó políticamente aunque su salud ha mejorado y ya logró salir de la unidad de terapia intensiva en la que estaba.
Por un lado, el polémico diputado -que defiende la última dictadura militar y ha realizado declaraciones misóginas, homófobas y racistas- fue blanco de las campañas de los otros candidatos, en especial de Alckmin, que es quien más tiempo tiene en el horario gratuito de propaganda en radio y televisión. Además, en las redes sociales -terreno que hasta hace muy poco dominaba- grupos de mujeres, gays y artistas han advertido del peligro que representaría un eventual gobierno suyo.
Y, finalmente, su propio equipo atravesó turbulencias internas: primero, su compañero de fórmula, el general de reserva Hamilton Mourão, suscitó un gran rechazo público al decir que los niños criados solo por madres y abuelas, sin una figura paterna en el hogar, eran más proclives a acabar como criminales; luego, su principal asesor económico, Paulo Guedes, despertó preocupación al insinuar que durante la eventual gestión de Bolsonaro se reinstalaría un impopular impuesto a las transacciones financieras. Desde su cama de hospital, el candidato ordenó que Mourão ya no hiciera más declaraciones y pidió a Guedes que no participara de más eventos públicos.
De acuerdo a las simulaciones del último sondeo de Ibope para un ballotage, Bolsonaro sería derrotado por casi todos los otros candidatos y sólo conseguiría empatar con Marina Silva. El duelo Haddad-Bolsonaro resultaría en 43% de votos para el izquierdista y 37% para el ultraderechista. Gomes sacaría la mayor ventaja en un enfrentamiento directo contra Bolsonaro: 46% vs 35%, y Alckmin le ganaría 41% contra 36%. Ya con Silva, el empate se daría en un 39% de los votos para cada uno.