Hace casi 30 años que Ale se dedica a ser “los ojos de la gente” y ya son dos décadas trabajando en Canal 7. En el día del camarógrafo dejó el detrás de escena que caracteriza su profesión y contó un poco sobre el oficio que permite ilustrar las noticias.
“Profesionalmente comencé en el año 1992, me tocó cubrir cosas buenas y malas”, sostuvo Ale explicando que a lo largo de este tiempo no solo supo mostrar cómo cambiaba Jujuy sino también adaptarse a las nuevas tecnologías.
“Uno al principio no se da cuenta lo que hace, con el tiempo vas tomando conciencia que lo que se muestra con la cámara, son los ojos de la gente”, precisó.
Ser camarógrafo es un oficio que implica precisión y mucha astucia, pero sobre todo vocación. “Uno muchas veces se enoja de no poder mostrarle a la gente todo lo que le gustaría, todo lo que nuestros ojos ven en algún lugar o situación. Nosotros buscamos reflejar todo lo mejor que podemos y hacemos todo lo posible para que vean lo que pase de la mejor manera posible”, aseguró “El Avión” Ramírez.
Con 20 años en el canal más importante de Jujuy, Ale recuerda que este oficio comenzó sin registro del tiempo y hoy es una de las personas que presenció más hechos informativos en la provincia.
Sin olvidar a sus compañeros detalló que ser camarógrafo es sin dudas un trabajo que se ejerce en equipo. “Sino las cosas no salen bien”, sostuvo y aprovechó la oportunidad para saludar a su grupo del día a día: “Saludos a mis compañeros del canal. A David, al “Negro” Bata, a los chicos nuevos que entran ahora, a todos...”
“Me hacen sentir viejo”, aseguró quien todavía dice que tiene muchas ganas de seguir inmortalizando momentos con su cámara.
Día del Camarógrafo
Argentina recuerda el 29 de junio la muerte del periodista y camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, quien pasó a la historia como el “camarógrafo que filmó su muerte”.
Mientras se encontraba como corresponsal en Chile de Radio Televisión Sueca filmando el “Tanquetazo” (la primera demostración militar de fuerza contra el gobierno de Allende), fue baleado a una cuadra del Palacio de La Moneda por un efectivo del Ejército partícipe del alzamiento. A pesar de estar herido continuó filmando con una bala en el cuello y recibiendo nuevos impactos que terminarían con su vida. Henrichsen tenía 33 años.
«El sueco», es recordado por sus conocidos como "un cazador nato que buscaba, sin medir riesgos «la» imagen que el público espera de un suceso trascendente".
