Los representantes de las diferentes comparsas se lucieron y dieron color a la tarde sampedreña en el palco central de la Comecor. Cientos de niñas, niños, acompañados por la familia, le dieron brillo al Corso Infantil.
A cargo de la Comisión Ejecutiva de Corsos, se diagramó una cuadra en la cual los pequeños desplegaron toda su alegría con sus correspondientes atuendos marcando la diversidad cultural que caracteriza a los mejores corsos del norte.
Desde el municipio sampedreño señalaron que los pequeños “son el futuro de la imponente fiesta carnestolenda que la Perla del Ramal posee, con el sentido de pertenencia que cada sampedreño demuestra a lo largo del corsódromo”.
“Fue una fiesta, hacemos un balance muy positivo”, apuntó Erica Marcantoni, integrante de Comecor en relación a los pequeños tinkus, sayeros, comparsas folclóricas, autóctonas, pim pim, indígena, disfraces individuales y todos los rubros que estuvieron representados.
A cada participante se les entregó una bolsa de golosinas que además tenía un juguete, fue abierto y gratuito, por lo que la convocatoria superó las expectativas de chicos.
En parque cerrado se anotó a los participantes según orden de llegada y posteriormente se dispuso que comiencen a surcar el improvisado corsódromo de una cuadra por el frente del palco principal de la Comecor bajo una lluvia de aplausos de familiares y espectadores que colmaron las tribunas.
