Rodrigo Herrera es un jujeño de 31 años que renació hace 15, cuando era adolescente y un trasplante de hígado le permitió seguir con vida.
"Cuando tenía 17 años me detectaron hepatitis fulminante, en Jujuy estuve internado un mes prácticamente en coma" cuenta el joven, emocionado por la fecha que se conmemora este jueves: el Día Nacional de la Donación de Órganos.
Por la gravedad de su cuadro lo enviaron en avión sanitario a Buenos Aires, a la Fundación Favaloro, y a las dos semanas "recibí el milagro a través de la donación de órganos". El trasplante de hígado era la única alternativa que tenía Rodrigo para sobrevivir: "no había otro tratamiento para salvar mi vida".
Afortunadamente el final de la historia es feliz, pero aquellos momentos fueron muy traumáticos para el jujeño y su familia. "Mi padre era el único que trabajaba en mi casa y me tenía que acompañar", relata, y agrega que pasó 5 meses en Buenos Aires, porque sufrió algunas complicaciones a raíz de la cirugía.
Con el tiempo todo mejoró y para dar cuenta de su historia, esta tarde Rodrigo, miembro de la Asociación "Jujuy da Vida", se reunió junto a otras personas trasplantadas en el atrio de la Catedral, con la finalidad de generar conciencia sobre la importancia de la donación de órganos y permitir que aquellos que poseen miedos sobre la temática puedan superar esas inquietudes.
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