“Siempre imaginé el paraíso como una especie de biblioteca” dijo alguna vez Jorge Luis Borges, uno de los autores más importantes del siglo XX para referirse al espacio en el que miles de lectores en todo el mundo pasan horas al día, ya sea para sentarse a leer o mantener viva y en permanente construcción su biblioteca.
Pero es sabido que acceder a libros a veces es un poco difícil. En principio por el alto precio de las últimas ediciones y también porque aunque los libros viajan por todo el mundo, hay lugares que quedan relegados.
Sin embargo, siempre hay lectores, aun en los lugares más inhóspitos.
Te puede interesar: Un niño jujeño leyó más de 200 libros y ganó un concurso nacional
Por eso la abogada jujeña Graciela Joaquín y su esposo, el geólogo Cristian Bensel, que actualmente viven en Buenos Aires, iniciaron una campaña en aquel lugar para recolectar y donar libros a una biblioteca ubicada en la puna jujeña, específicamente en La Ciénaga, un pueblito que queda a 102 km al oeste de La Quiaca.
“Tengo muchos amigos escritores y en la rama de la literatura. Publiqué en Facebook que necesitaba libros y fue increíble la respuesta. Empezaron a caer libros o iba yo a buscarlos, siempre con la colaboración de mi marido”, contó Graciela, que además es narradora.
Así fue como la pareja pudo juntar 29 cajas de libros, entre ellos diccionarios, enciclopedias y obras completas de reconocidos autores como Gabriel García Márquez, Edgar Allan Poe y otros.
Las acciones solidarias para los pueblitos de la puna jujeña siempre rinden fruto, como la que se viralizó a partir de la propuesta de Radio Visión Jujuy para los niños de Queta.
“El pueblo es una maravilla y el encuentro fue hermoso”, dijo Graciela, que a principios de este mes estuvo en La Ciénaga y viajó 4.200 km ida y vuelta, desde Buenos Aires a la puna jujeña, para traer libros y compartir con toda la comunidad de aquel lugar el placer de seguir leyendo libros.