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por Los niños, niñas y adolescentes constituyen un grupo de la sociedad especialmente sensible a la vulneración de sus derechos, por sus condiciones etarias, de dependencia económica y ante las dificultades de solicitar ayuda, debido a que estas situaciones suelen darse de forma intrafamiliar.
“La línea 102 recibe aproximadamente entre 660 a 700 llamadas por mes de situaciones de vulneración de derechos”, explicó sobre problemática en Jujuy Agustín Garlatti, secretario de Protección a las Infancias y Adolescencias.
“La línea 102 está a las 24 horas del día, todos los días del año y tenemos equipos profesionales”, recalcó el funcionario en cuanto a la vía de comunicación que permite dar conocimiento sobre hechos que afectan a menores de edad y que es atendida por operadores y especialistas capacitados para los abordajes.
Ante la importancia de la atención de menores cuyos derechos son vulnerados, Garlatti destacó la llegada a Jujuy de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (Relaf), que a instancias de Unicef, desembarcó en Jujuy para abordar el acceso al derecho a la familia. El objetivo es “capacitarnos y construir con nuestro equipo un flujograma y un protocolo de actuación”, explicó.
“Trabajan específicamente la desinstitucionalización y sobre todo la creación de programas específicos para que niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales, como lo define la ley nacional, encuentren programas rápidos de acceso a familias”, precisó en cuanto a la acción de Relaf.
“Lo mejor que uno puede hacer cuando conozca cualquier situación es llamar a la línea 102. También está la Secretaría de Protección a las Infancias y Adolescencias en la calle Salta 1162, pero además está nuestra oficina en diferentes lugares de la provincia de Jujuy”, aseguró el funcionario.
SEGÚN UNICEF, DOS DE CADA TRES NIÑOS EN ARGENTINA SON POBRES
Unicef publicó un alarmante informe sobre la niñez en Argentina: dos de cada tres chicos son pobres en nuestro país. Se trata de la pobreza infantil teniendo en cuenta no solo la dimensión monetaria (ingresos), sino también la no monetaria (algunos de sus derechos vulnerados).
Otro dato que se desprende del estudio es que, en el caso de la pobreza monetaria, el 90% de esos chicos vive en hogares en los que al menos un padre está empleado. De esto se desprende que tener trabajo no alcanza para salir de la pobreza.
