Maradona

Leopoldo Luque se desligó de la muerte de Maradona y aseguró que "fue un evento fortuito"

Sostuvo que con el Diez tenía una relación similar “a la de un padre y un hijo rebelde”. Adicciones, el trato diario con el astro y la última internación.

Luque
Luque

29-11-2020 18:39

Tras ser imputado por “homicidio culposo” en la investigación por la muerte de Diego Armando Maradona, el médico Leopoldo Luque aclaró este domingo que no se “reprocha nada” de su accionar y resaltó que “no hubo un error” de los profesionales de la salud que atendieron al Diez. “Sé lo que hice y cómo”, sostuvo en un encuentro con periodistas en el jardín de su casa en Adrogué.

Esta mañana, los investigadores allanaron su casa en el conurbano bonaerense y su consultorio porteño en busca de elementos de interés para avanzar con el expediente. Según contó Luque, el último médico personal del Diez, en el procedimiento secuestraron la historia clínica de Maradona y dispositivos electrónicos.

“Con mi familia abrimos las puertas y les dimos toda la información que necesitaban. Lo que pidieron, lo tuvieron”, aseveró. Sostuvo que “hizo lo mejor que podía” con la salud de Maradona y afirmó que se siente “seguro” con su accionar hasta último momento.

Una de las declaraciones más importantes del descargo de Luque fue cuando se refirió a lo que ocurrió el miércoles antes del mediodía en el barrio San Andrés de Benavídez, cuando murió Maradona. “No hubo error médico. Diego tuvo un evento fortuito, un ataque cardíaco, es lo más común del mundo que termine así un paciente. Es un hecho que podía pasar”, indicó.

Contó que Maradona “odiaba a los médicos y a los psicólogos”, pero aseguró que con él tenía un trato diferente porque “eran amigos”. Sin embargo, aclaró que su relación se asemejaba a la de “un padre y un hijo rebelde”, por lo que muchas veces era difícil el trato diario. “Diego necesitaba ayuda, pero no había forma de entrarle”, explicó.

Como neurocirujano, Luque se hizo responsable de la operación del Diez por el hematoma subdural en la cabeza, tres semanas antes de su muerte. “Casi me tengo que agarrar a piñas con Diego para internarlo”, recordó. Dijo que, después de la intervención, “era un paciente en condiciones de alta, que debía seguir en un centro de rehabilitación, pero que no tenía voluntad”.

“Yo no soy el responsable de una internación domiciliaria, todo lo que se hizo era un apoyo que aceptó Diego. Familia, Swiss Medical, el psicólogo y la psiquiatra, todos nos pusimos de acuerdo para armarle algo para controlarle las pastillas y que no tome alcohol”, explicó.

Por ese motivo, Luque reveló que “a Diego siempre” le dijeron que la rehabilitación “era para la cabeza”. “Se hizo lo que había que hacer y más también. Todos estuvimos reunidos para ver qué era lo mejor. Mi función era hacerle entender algo, lograr lo más difícil que era la voluntad de él. Nada podía hacerse sin eso, porque no había un aval médico ni un criterio clínico. Se intentó hacer de todo, pero él lo desarticulaba con un chasquido de dedos”, contó.

Además, hizo hincapié en que la operación del hematoma subdural “no tuvo nada que ver” con la muerte de Maradona y aseguró que, en el último tiempo, “estaba muy triste” y “quería estar solo”.

“Pienso todo y me gustaría que esté acá. No me reprocho nada porque él tenía una vida que era mala”, manifestó entre lágrimas. “Intenté acompañarlo, lo saqué a pelotear, lo quería traer a mi casa cuando lo vi solo. Era la vida de él... extrañaba mucho a los papás. Me siento raro porque le cambiamos la vida y se fue”, reflexionó.

En esa línea, sostuvo que se siente “orgulloso” de cómo trató a Maradona y aseguró que “volvería a hacer lo mismo”. “Si de algo soy responsable con Diego es de amarlo, mejorarle la vida y extendérsela”, remarcó.

La operación

Luque fue quien estuvo a cargo de la operación de Maradona por el hematoma subdural que tenía en la cabeza. Muchos especialistas apuntaron contra él por haber tomado la decisión de intervenirlo quirúrgicamente.

Al respecto, el médico justificó: “Un hematoma de 12 milímetros es quirúrgico, no lo podía dejar de hacer”. “La clínica actuó perfecto, nos recibe, operamos, nos dice que tiene el alta y buscamos retenerlo un poco más para mejorarlo. Ellos nos dijeron que no era un centro de rehabilitación, sino de patología aguda. Yo aproveché para hacer algo que no era la voluntad de Diego: logré extender la internación, cuando la cabeza ya estaba bien”, recordó sobre esos días en el sanatorio Olivos.

Por último, sostuvo que en todo momento estuvo a disposición de la justicia porque está seguro de que hizo “lo mejor que se podía”. “En cuanto a las cosas que se dicen no las puedo ni leer, estoy muy mal porque se murió un amigo. Es un precio que hay que pagar, pero yo no veo buenos ni malos en todo esto”, concluyó.

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