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El emotivo reencuentro de una joven con su perro perdido después de buscarlo 100 días

La foto de Sol Salum abrazando por primera vez a Congo al encontrarlo se viralizó en las redes. Aquí la conmovedora historia.

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16-04-2021 20:46

La pesadilla ocurrió el 8 de octubre de 2020, cuando Sol llegó a su casa en Bahía Blanca y entró en pánico al no encontrar a su Congo, su mascota. Los albañiles que estaban arreglando el portón de la entrada le dijeron que el perro aprovechó una distracción y salió corriendo a toda velocidad.

"Corre muy rápido, así que no pudieron agarrarlo. Para cuando yo llegué a mi casa el perro ya no estaba", le cuenta Sol a Clarín sobre esa tarde dramática en que nadie podía controlar su angustia.

Faltaban unos pocos días para el primer cumpleaños de Congo (el 4 de noviembre), por lo que, con la esperanza de poder encontrarlo y celebrar el cumple juntos, salió por las calles de Bahía Blanca con un buen pilón de fotocopias de la foto de su mascota y las repartió por cada cuadra.La búsqueda ya estaba en marcha y cada vez que le llegaba un llamado de un número desconocido, su corazón se detenía: "Básicamente estuvo todo Bahía compartiendo y compartiendo la foto. Me llamaban de todos lados, algunos ayudando, otros haciendo jodas. También me tocó cruzarme con dos llamadas de unos tipos que querían información mía".

Congo tenía una chapita colgada que Sol había preparado especialmente por si se llegaba a perder. Allí tenía toda la información como para que si alguien lo encontraba rápidamente se comunicara con él: "Hasta tenía un código QR en la chapita, que cuando lo ponías con el celular aparecian mis datos: mi nombre, mi celular, dirección. Así que, para ser sincera, yo esperaba que aparezca ese mismo dia".

El 20 de enero, más de tres meses después de aquella tarde en la que Congo escapó, Sol tuvo una respuesta. "Me levanté y subí la foto en uno de los grupos de siempre y me pusieron una foto de un perro que estaba desde hacía una semana en un forraje ("Don Paco 5", Rincón 3870) a unos 10 km. de mi casa. Yo, la verdad, para esa fecha ya había ido a ver a unos 50 perros".

Sol tenía miedo a llevarse otra decepción así que fue sin demasiadas expectativas. "Cuando llegué frené al costado de la ruta, a mano derecha y crucé porque el forraje estaba en frente. No lo vi de entrada a Congo así que ya me estaba desilusionando pero de repente salió de adentro un perro marrón que iba a 'recibir' a una señora que llegaba. Le grité: '¡Congo!'. Y se dio vuelta enseguida... Ahí nomás vino corriendo, se hacia pis encima y me mordía la cara".

Fue todo emoción: lágrimas, abrazos, besos, agradecimiento y la promesa de nunca más volver a separarse. "A la vuelta a casa lo cargué al auto y se durmió. Cada tanto se despertaba asustado pero cuando me veía se volvía a dormir. Fueron 100 días horribles pero por suerte terminó".

“¡Ahora es un señor! Cuando salimos a caminar y vamos a alguna zona donde lo pueda soltar, él me espera. Si ve bolsas de basura va corriendo, le quedó el instinto, se emociona. Con los autos lo mismo: no cruza sin mirar y si escucha el ruido de la llanta sobre el asfalto se sube a la vereda. Fue una locura hermosa y él se convirtió en una leyenda. Ese mismo fin de semana lo llevé a Monte Hermoso a la playa y no hubo persona que no lo reconociera”, cierra.

Fuente: Clarín

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