Coco tiene cáncer con metástasis en la cabeza, pasó por cuatro familias y en todas lo devolvieron. Griselda Herrera, una proteccionista de Buenos AIres, lo rescató en Berazategui y empezó la búsqueda de alguien que le diera “amor en sus últimos días”.
Entonces apareció Luciano y la historia se hizo más larga. Hoy el perro berazateguense disfruta en su nuevo hogar en Avellaneda.
Cuando Luciano Karosas (21) vio la publicación de Griselda en Twitter, no dudó en adoptarlo. Sólo tres horas después, ya coordinaban el encuentro.
“Me costó adaptarme a la idea del poco tiempo que vamos a pasar juntos -cuenta Luciano-. Lo llevé a un veterinario que trabaja con células madre para ver qué podíamos hacer, buscando un mínimo de esperanza (le habían dado 40 días de vida), y me dijo que no existe tratamiento que logre extender ese tiempo. Salí con un pedazo de corazón en la mano”.
Aunque la noticia le cayó como un balde de agua fría, Luciano no deja que eso se interponga en la relación con el animal.
Remarca que lo está malcriando todo lo que puede con el objetivo de que pase estos días de la mejor manera. “Todo lo que quiero es tratar de darle algo de amor antes de que se vaya”, concluye.
Luego de casi 15 días de convivencia, Coco juega como cualquier otro perro y lo ven más feliz que nunca. El aceite de cannabis es el factor clave en esta leve mejoría, se lo proporcionaron desde el primer momento de su recuperación.
Esto se transforma en una nueva esperanza para Luciano que sentencia: “Me encanta verlo así. Ojalá que no sean 40 días. Veo cómo se recupera y creo que hay Coco para rato”.
