Hace dos años, precisamente un 03 de marzo del 2017, la vida de la familia Muro y de René cambiaron por completo. Con el fallecimiento del “Flaco” -por un cáncer de pulmón- el mundo del vóley sentiría su partida y su querido amigo fiel pasaría a tener un enorme vacío.
René, fue una de las mascotas que acompañó durante mucho tiempo, y por sobre todo en los momentos más difíciles, a Carlos Muro, referente histórico del vóley local y nacional.
Su historia empezó a hacerse conocida durante las últimas horas. Todo empezó cuando usuarios de Facebook se mostraron preocupados por el animal ya que se encontraba solo en inmediaciones a la casa donde vivía “El Flaco”. En este contexto, uno de los hijos del entrenador explicó el real motivo por el que René no quiere abandonar el lugar: sigue esperando a su dueño en la puerta.
Al consultarle a Mariano Muro sobre el tema, manifestó que su hermano mayor, Paúl, vivió durante un año en la casa que era de su padre y posteriormente, cuando se mudó, se llevó a los cuatro perros que vivían en la vivienda. Pero desde entonces, René nunca se adaptó y se escapó para volver al antiguo domicilio donde hasta el día de hoy espera ansioso ver de nuevo a su fiel amigo, Carlos Muro.
"La realidad es que René no se quiere ir y no pudimos alejarlo de esa casa. Nos parecía egoísta y muy malo obligarlo a irse", detalló Mariano a Somos Jujuy.
Siguiendo con el relato, el hijo menor del “Flaco” Muro, puntualizó que hablaron con los kiosqueros que viven en el barrio San Pedrito para que ellos se encarguen de darle un plato de comida diariamente al perrito, teniendo en cuenta que él estudia en Tucumán y Paúl intentó en reiteradas ocasiones llevárselo y no lo consiguió.
“Nosotros le pagamos la comida a los vecinos y René sabe que puede ir a comer ahí. Mi hermano también va seguido por el barrio “, detalló Mariano.
De esta manera, René sin comprender lo que sucedió en el 2017, continúa mostrando su fidelidad y esperando a quien por años cuidó de él y le brindó un hogar, pero por sobre todo, un inmenso cariño.
A pesar de los años que le pesan sobre su lomo, René seguirá ahí firme, con el deseo intacto de que su querido “Flaco” le vuelva a hacer una caricia y le diga cuánto lo quiere.
