Opinión

Elogio de la maternidad

Celebramos este domingo el Día de la Madre.

PADRE-MACCAGNO
PADRE-MACCAGNO

06-10-2019 20:44

Es una celebración que, Dios no lo quiera, con el paso del tiempo parece estar destinada a la

licuefacción.

Porque hoy ya no se dice “madre”, se dice “persona gestante”, conforme a los preceptos de la

ideología de género, que va cambiando el vocabulario para cambiarnos la mentalidad.

Sin embargo, tenemos que elogiar la maternidad, como lo más excelso del ser mujer. La maternidad caracteriza lo femenino. Sólo la mujer puede ser madre.

Hoy parece que tenemos que defender que el azúcar es dulce y que el limón es agrio. Porque lo obvio está puesto en entredicho.

Sí, lo reafirmamos, sólo la mujer puede ser madre, porque sólo la mujer tiene matriz (que de allí

viene “madre”) y sólo la mujer puede alojar en su vientre un bebé durante nueve meses.

Y esto es un milagro verdadero de la naturaleza, o de Dios, no un “trabajo impuesto por la

sociedad heteropatriarcal”, como le gusta decir al feminismo radical.

Si hay algo que toda madre valora es el haber engendrado y dado a luz . Ninguna mujer embarazada dirá que tiene en su vientre un conjunto de células o un coágulo ( como afirman algunos ,contrariando la ciencia, para justificar el aborto), sino que hablará siempre de “su bebé”, que es siempre un hijo engendrado por ella y que vive en ella.

La madre es nuestro contacto primero con el mundo, su ternura es nuestra primera experiencia,

sus besos y sus abrazos son nuestro primer contacto con el amor verdadero.

La madre es nuestro primer refugio, nuestro primer consuelo y nuestra primera fuente de vida.

La madre es la que nos fortalece, nos anima, nos consuela, disimula nuestros errores y corrige

nuestros desvíos.

La madre es nuestra primera experiencia de que existe una ternura superior que se refleja en una

mujer que nos contiene y nos mima.

La madre es el reflejo del rostro materno de Dios, que ya en el A.T. se manifiesta como una madre

que no abandona (Is 49,15; 66,13 )

Tenemos que hacer hoy el elogio de la maternidad , porque el mundo contemporáneo quiere

mostrar que la mujer crece y se realiza en la medida en que deja de lado la maternidad.

No estamos de ninguna manera en contra del progreso profesional y laboral de toda mujer, pero

no debemos permitir que la maternidad se transforme en un peso o en un trabajo que hay que

evitar porque trae muchas dificultades.

Toda madre sabe que el dolor de engendrar y dar a luz es incomparablemente pequeño al lado de

la alegría de haber dado un niño al mundo.

Que las mujeres redescubran el valor inmenso de la maternidad y se enamoren de este don tan

grande que Dios les ha regalado.

Termino con una frase de San Juan Pablo II en su documentos “Mulieris dignitatem” : El don recíproco de la persona en el matrimonio se abre hacia el don de una nueva vida, es decir,

de un nuevo hombre, que es también persona a semejanza de sus padres. La maternidad, ya desde

el comienzo mismo, implica una apertura especial hacia la nueva persona; y éste es precisamente

el «papel» de la mujer. En dicha apertura, esto es, en el concebir y dar a luz el hijo, la mujer «se

realiza en plenitud a través del don sincero de sí».

El don de la disponibilidad interior para aceptar al hijo y traerle al mundo está vinculado a la unión matrimonial que, como se ha dicho, debería constituir un momento particular del don recíproco de sí por parte de la mujer y del hombre. La concepción y el nacimiento del nuevo hombre, según la Biblia, están acompañados por las palabras siguientes de la mujer- madre: «He adquirido un varón con el favor de Yahveh» (Gén 4, 1). La exclamación de Eva, «madre de todos los vivientes», se repite cada vez que viene al mundo una nueva criatura y expresa el gozo y la convicción de la mujer de participar en el gran misterio del eterno engendrar.( MD18)

No podemos dejar de nombrar a María, modelo de mujer-madre. Ella es la madre que nos regaló Jesús en la cruz y es aquella de quien se dice : “hija del Padre, Madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo”.

Que Ella proteja y guíe a todas las madres.

Que el Señor las bendiga y nos permita redescubrir la maternidad (física y espiritual) como la

realización más hermosa de aquella imagen y semejanza según la cual fuimos creados.

P.GERMÁN MACCAGNO

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