La triste historia tuvo su conflicto central un 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en una fábrica de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
Estas mujeres solo querían la reducción de jornada laboral a 10 horas y un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades .Una sombra oscura amenazó y es que el dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica. Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.
Muchos dirán que esta fecha no es para festejar sino, para conmemorar, pero el hecho de ser mujeres nos ha permitido a lo largo de la historia reconstruirnos y entre lágrimas esbozar una sonrisa, y reír a carcajadas siendo las elegidas para ser el nexo entre el universo y el mundo terrenal, amando nuestro vientre, único vehículo para alimentar la humanidad.
Las mujeres somos un misterio dicen los hombres y sin embargo el misterio solo está en dedicarnos una fracción de tiempo, mimarnos, reconocer que somos maravillosas, encontrar el punto medio entre el revoloteo de nuestras hormonas.
Si nos ponemos a pensar entre nosotras hay tanta diversidad, somos de diferentes razas, de diferentes estratos sociales, de diferentes ideologías, pero todas coincidimos en una palabra mágica que nos representa “AMOR” y es que cuando de ese sentimiento se trata somos las primeras en enarbolar las banderas imaginarias del AMOR con pasión y desprendiendo de nuestras entrañas la fuerza de sentir hacia los demás, hijos, hermanos, sobrinos esposo, padres, amigos etc.
Luchamos por nuestro género sin cesar cada día en cada pequeño lugar donde estamos y es porque somos inteligentes, abrimos todos nuestros sentidos, para saber, aprender y no cometer errores del pasado.
A muchas se nos acabaron los cuentos de princesas y con el alma endurecida nos mostramos toscas ante los demás pretendiendo hacer creer que somos inalcanzables e inmutables, pero nos llega ese alguien que entre palabras de ternura y pedacitos de luna nos toca el alma y perdemos las máscaras para darnos la licencia de sentir a corazón abierto.
En un graffiti urbano leí que una mujer es la que hace que todos los semáforos se pongan en rojo para poder caminar y entre el ocaso de este caluroso verano, pensaba que en realidad, queremos que ese semáforo se torne verde para cruzar solas o acompañadas, sin ataduras ni opresiones, libres sintiendo la brisa en nuestro rostro y disfrutando de honrar la vida en nuestro planeta.
Las mujeres queremos realidades y no utopías, deseamos dosis inmensas de respeto que supimos merecer, nos liberamos del estigma que nos decía que éramos tontas y sumisas, ahora gracias a Dios somos protagonistas de nuestras vidas permitiéndonos el lujo de no ser perfectas, tener debilidades, equivocarnos sin que seamos castigadas implacablemente por ello.
Las verdaderas mujeres hoy en día ya no esperamos y esa es la clave, tomar la decisión de ser felices cada día sin rencores, no perdernos en el camino de la venganza, calzarnos los tacos aguja y pisar firme, pintarnos los labios con colores de amor propio y caminar hacia adelante, siempre adelante con el corazón en la mano en este mundo que fuimos, vamos y seguiremos conquistando entre palabras, acciones y eternos agradecimientos por la dicha de SER Mujeres.
¡¡¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!!!
