Nuestra historia comienza con música, latido a latido en el vientre de nuestra madre, ahí componemos un tema universal y divino que nos acompañará a lo largo de nuestra vida.
En otro tiempo con perfecta sincronía, las canciones de cuna nos envuelven y se combinan con nuestro propio llanto haciendo surgir la más perfecta melodía.
Tenemos incorporado el lenguaje de la música, como parte esencial de la humanidad, entre poemas y notas musicales donde nos surge la necesidad de múltiples conciertos para vivir plenamente y hacer bailar el alma.
FA-SOL-LA...el canto de los pájaros, el silbido de un hombre que imita un quejoso bandoneón, la música del dos por cuatro, sonidos que emanan de un radio receptor, entre voces y cortinas musicales, las bocinas de los autos, el canto de los niños en el arrío de la bandera en la escuela, pasos de la gente cruzando apresuradamente un semáforo, una madre que llama a su hijo, la lluvia cayendo sobre los techos de chapa, el viento en nuestra puna jujeña, son tantas las representaciones de la música en la vida cotidiana que como dicen encanta y calma el pecho salvaje, suaviza las rocas y es capaz de acariciar un cardón hasta quitarle las espinas.
SI-DO-RE-MI...estamos atravesados inexorablemente por la música y la alegría de escuchar una canción de la gallina Turuleca que ponía el sentimiento en cada huevito retornando la niña que saltaba bailando al compás de la música de Gaby, Fofó y Miliki.
En otro espacio de chupetines se escuchaban las canciones de María Elena Walsh con Manuelita la tortuga o la historia cantada de tomar el té en una cinta de cassette que arreglábamos con un lápiz.
FA-SOL-LA...hoy en mi adultez descubro que los sentidos se daban la mano para percibir en el recuerdo la voz de las canciones junto al olor del chocolate en vasos de cumpleaños...música y aroma de un tiempo que solo regresará en el recuerdo de las notas musicales, jugando al arroz con leche entre canciones que te hacen recordar personas y lugares mágicos.
FA-SOL-LA... Sur le pont d`Avignon (sobre el puente de Avignon), todos cantan, todos bailan, yo tambiénnnnn, mi alma recuerda esos acordes y el juego, las risas, todo es música nuevamente traspasando el universo completo de la humanidad.
En un tiempo más cercano el sonido y la imagen llegaron de la mano con múltiples voces, es así que el DVD hace su aparición y mi alma se conmueve entre fugaces pensamientos donde la música es amor en su estado más puro y a la vuelta de un cerro se escuchan los acordes de “Guanuqueando” en la interpretación de nuestro siempre recordado Ricardo Vilca, seguido de una voz grave que nos dice con que “Así es Jujuy” o Los Changos que nos pintan de anaranjado el corazón.
DO-RE-MI- FA- SOL- LA -SI... Feliz día de la música a todos los que nos hacen vibrar el corazón con el verdadero lenguaje universal que nos permite romper los límites, traspasar las fronteras y unirnos en un solo idioma percibiendo con el alma.
