Candy Moreno

Miradas a puertas cerradas

Columna de opinión de Candy Moreno.

CANDY-MORENO
CANDY-MORENO

27-03-2020 09:02

Desde la estrecha habitación en la que cumplo la cuarentena puedo dar algunas miradas a mí alrededor y por la rendija de una ventana ingresa un rayito de sol que pese a todos los obstáculos traspasa el vidrio, la cortina y hasta mi alma asombrada de tanta norma necesaria.

Estamos atravesando días difíciles en nuestro querido Jujuy, en nuestra amada Argentina, en nuestro continente y por ende en nuestro bello planeta, por lo que vamos a extremar las medidas para mantenernos saludables, vivos y un poquito más sabios.

Pasa que cuando estamos tan inmersos en las noticias con tanta información entramos en una especie de temor muy cercano al miedo extremo, por eso quisimos desde este sitio compartir un cuento que nos puede dejar una hermosa y certera enseñanza.

“Viajaba un peregrino hacia Bagdad, cuando debajo de una palmera vio a una mujer, extraordinariamente pálida y esquelética en cuyo platillo de agua y comida nadie echaba nada por miedo a acercarse...

El peregrino sentándose a su lado, compartió con ella el agua y sus dátiles preguntándole donde iba.

-“Soy la peste, y tengo la misión de ir a Bagdad a llevarme a 10.000 seres...”

El peregrino horrorizado le contestó:

-“Pero eso es una enorme crueldad, dejarás muchísimas familias mutiladas y mucha tristeza tras de ti.

La Peste contestó: -“Eres un hombre distinto a los demás... si cuando llegues al zigurat , rezas toda la noche sin descanso te prometo que te preservaré la vida, y tan solo me llevaré a los 5.000 seres más desvalidos y enfermos que no tengan familia alguna.”

El peregrino aceptó el trato cumpliendo lo requerido, más cuando llegó a Bagdad quedó sobrecogido, al ver la ciudad devastada, informándose que habían muerto 100.000 personas.

Al regresar a su ciudad encontró bajo la misma palmera a la Peste a la que inquirió duramente su incumplimiento del trato.

-“Recé toda la noche sin descanso y sin embargo has matado a 100.000 personas.

La Peste le contestó: -“No es cierto, yo solo maté a 5.000 enfermos solitarios... ¡Los otros murieron de Miedo”!

Elegí esta historia porque quería expresar que los seres humanos nos dejamos ganar por el temor y es así que hábilmente nos maneja el miedo, haciéndonos perder la noción de la aventura que significa VIVIR, siendo lo que somos, CREACIONES DIVINAS para habitar el planeta.

Los seres humanos tenemos la capacidad de recuperarnos frente a la adversidad, de salir adelante en esta difícil situación que estamos viviendo aunque pese a todo podemos y debemos seguir proyectando el futuro sin temores con las prevenciones del caso.

Cuantas veces no somos conscientes de cuanta fuerza tenemos en realidad hasta que se nos presenta una situación como la que estamos viviendo... es ahí cuando nos sale del interior esa energía poderosa que lejos de dejarnos caer, nos levanta, con ese ímpetu que el ser humano a lo largo de la historia de la humanidad ha demostrado tener.

La fuerza del corazón es la que nos impulsa a creer, compartir, amar y ser amados, crear lazos de amistad y solidaridad, crecer y sobrevivir, viviendo con una cuota extra de tenacidad y fortaleza.

Simplemente desde aquí queremos instarlos a no bajar los brazos, a imaginar que después de este tiempo de puertas cerradas, a solas con nuestra conciencia y en comunión con los demás renaceremos un poquito más sabios, con las cicatrices del tiempo en nuestra mirada, dueños de un tiempo que vivimos entre ausencias que extrañamos y presencias que disfrutamos a borbotones.

Mientras preparo la cama para dormir y viajar al mundo de los sueños, el rayito de sol se durmió en la oscuridad de un tiempo incierto y a través de la rendija de mi alma, observo un sendero que no tiene principio ni final, desde otro edificio se escucha un tema musical que inunda mi habitación y una voz retumba diciendo: MARAVILLOSO SER HUMANO, LEVANTATE Y CAMINA.

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