Claudia Figueroa

El peor brote de dengue

Columna de opinión de Claudia Figueroa

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25-04-2020 12:53

Entre la “flexibilización” de la cuarentena por coronavirus, el regreso de los diputados a la Legislatura, el pedido de un préstamo al Fondo Fiduciario Nacional y el tope de salario para funcionarios y empleados públicos, el dengue avanza sin pausa en el peor escenario de los últimos años.

En Jujuy la flexibilización de la cuarentena, el encuentro del gobernador G. Morales con los gremios, el regreso de los diputados provinciales a la Legislatura, las solicitudes del ejecutivo para el tope del salario, la necesidad de un desahogo financiero y un nuevo paro del transporte son noticia, mientras de manera silenciosa ¡el dengue avanza!

En tanto, el coronavirus obliga a los argentinos a quedarse aislados en sus casas, el mosquito no da respiro. Hoy Argentina se enfrentan al peor brote de dengue de los últimos años: se confirmaron 12.000 casos, se sospecha de 35.000 (en los últimos 8 meses) y hay 10 víctimas fatales. Aunque el ciclo de vida del mosquito se desarrolla a lo largo de todo el año; con el calor intenso, el ciclo de vida del mosquito se acelera, y en apenas 15 días pasa de huevo a mosquito adulto en condiciones de poner una nueva generación de huevos.

En Jujuy, al 22 de enero se confirmaron 3 casos y en febrero 21. Pero la llegada del coronavirus, cambiaron las prioridades y a mediados de abril la cifra ya estaba en cuatro dígitos. La preocupación para combatir mosquitos y reservorios en medio de la cuarentena sorteó varios capítulos, hasta que el gobierno provincial declaró la Emergencia Sanitaria. Aguas estancadas (en todas sus formas y cantidades), yuyales, basurales y terrenos baldíos transformados en micro basurales, son el foco más temido y hoy el punto de fumigaciones. Las principales medidas han sido y son evitar este tipo de nidos, pero la falta de cumplimiento y la relajada vigilancia han sido responsables del crecimiento de la estadística.

Las zonas más afectadas: San Pedro con 957 casos, Yuto con 445, Monterrico con 123 y Fraile Pintado (a 32 minutos de San Pedro) con 104; lo que convierte a la zona en un punto altamente sensible.

Capítulo aparte también merece la Capital con cerca de 40 afectados, pero con peligro potencial por la alta densidad poblacional y falta de control municipal. Las denuncia de “vecinos en acción” por la proliferación de terrenos baldíos, aguas estancadas en calles intransitables y los yuyarales que se multiplican han sido desoídos durante años y no han pasado del recordatorio de las multas que se aplicarán. Con la flexibilización de la cuarentena, también se espera una enérgica respuesta de las autoridades que deben velar por la seguridad de los vecinos.

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