Hace mucho que no escribía, pero pese a la cuarentena que nos obliga a permanecer en nuestras casas y teniendo todo el tiempo del mundo para pensar, he resuelto escribir algunas líneas.
El Justicialismo sigue igual que en el 2015 pese a que en las elecciones del 2019 les fue muy bien, pudiéndole haber ido mejor si todos se unían y pechaban para el mismo lado. Eso no se consiguió, olvidando lo que decía Perón, que primero está la Patria, luego el movimiento y después los hombres y mujeres.
Una muestra de que todo sigue igual fue la sesión del viernes, en donde el presidente del partido, el presidente del bloque y el vicepresidente segundo, con otros dos diputados apoyaron el endeudamiento de la provincia, mientras que el resto del bloque, diez diputados; no lo hicieron.
Ello demuestra que el presidente del bloque Justicialista Belizan, no conduce ni a su camioneta.
Para que quede claro, el endeudamiento de la provincia era necesario, era el mal menor, frente a la posibilidad de no poder pagar sueldos en la provincia, por la caída de la recaudación.
La Unión Cívica Radical debió manejar este tema tan delicado con todos los diputados justicialistas y no con un sector del Justicialismo.
Al hacerlo con un sector provocó discusiones internas que no ayudan a que se actúe en bloque y con un partido unido, lo que no sirve para el futuro. Ese futuro es simple, deben trabajar en una oposición totalmente responsable, en forma unida. Deben dejar de lado las diferencias y buscar los puntos en común. Un viejo político y amigo decía que se debía aplicar la teoría del salamín, o sea cortar a la oposición en varios pedazos, ello cuando éramos Gobierno. Esa teoría la aplica muy bien Gerardo Morales y divide al Justicialismo en varios pedazos, y luego ve con qué pedazo negocia.
Si el Justicialismo no sale de esta situación, tendremos Gobierno radical por bastante tiempo, ya que Guillermito mezcla sus temas personales con la política, Carolina Moisés muestra una excesiva ambición creyendo que es la voz del Gobierno Nacional en Jujuy, Rivarola ve una oportunidad y la toma, pero no piensa en el futuro, en dónde si no hay unidad no hay posibilidad de ganar las elecciones del 2021, que es el trampolín para la gobernación en el 2023. No hablo de otros dirigentes, pero que los hay los hay, en una de esas, todos los nombrados se quedan sin nada.
El Justicialismo en Jujuy está en cuarentena y debe saber poder unir a todos los sectores, entendiendo que, si bien es un movimiento, siempre el mismo se une para un solo objetivo: recuperar la provincia. Hoy lo que muestran nuestros diputados son sus miserias. En el partido nada se discute y los que tienen ambiciones se hacen zancadillas. Por favor basta de boludeces y actúen como corresponde.
