Elisabeth Amat

“Tal vez sea hora de empezar a mirar lo que tenemos y no lo que nos falta”

Columna de opinión de Elisabeth Amat

ELI-AMAT-1
ELI-AMAT-1

30-09-2019 21:47

¡Y por fin aterrizó primavera! Más allá de que los ánimos económicos y sociales no están para celebrar demasiado, el argentino siempre se ha caracterizado en su originalidad y buen humor... Así que no nos queda otra que ponernos manos a la obra. Festejemos que los lapachos embellecieron las calles grises mientras los ceibos se preparan para estallar con sus picos colorados y los estudiantes encienden las luces de la ciudad cultural.

Los solteros seguirán sin compañía, los casados continuarán quejándose de que necesitan más horas para los amigos, los trabajadores querrán más tiempo libre, los desempleados, días para ocuparse... los jóvenes tendrán prisa por crecer y no tener que cumplir las reglas estrictas de la casa paternal... las madres anhelarán ese bendito momento en el que podremos dormir sin un bebé que nos reclame, los del campo soñarán con la ciudad y los capitalinos con un espacio verde para respirar aire fresco...

Tal vez sea hora de empezar a mirar lo que tenemos y no lo que nos falta. Por lo menos tenemos el presente y el pasado para analizar y aprender, aunque caigamos en la misma piedra después. Lo importante es haberlo intentado. Podemos disfrutar del aroma del hogar, de los jazmines en flor, de la hospitalidad de la gente que, aunque un poco malhumorada, sigue manteniendo el buen corazón de la jujeñidad.

Para el forastero, una de las cosas que más impresionan de este país, es la creatividad y la imaginación de sus gentes que son capaces de enderezar sus crisis, aunque sea a base de parchazos, fabricados con trozos de alambre, para salir del paso. Están tan acostumbrados a subsistir, que ya nada les parece imposible. Y eso, evidentemente que imprime carácter.

Pero lo mejor de todo esto, es que el argentino sabe reírse de sí mismo de una forma original, única, armando debate y discusión mientras saborea un buen bife en el asado del domingo aunque haya que rascar el bolsillo y sustituirlo por el chancho que tampoco está nada mal. Al mal tiempo, siempre encuentra alguna buena cara mientras espera como Penélope la llegada de un final de año cargado de remedios para los problemas más importantes. Habrá que confiar en que la primavera, además de subir las temperaturas en estos próximos meses, también aumente las alegrías a los más de 40 millones de argentinos que piden a gritos que alguien salga a su rescate. Sin embargo, el rescate muchas veces está en meterle una inyección de positivismo mientras enterramos las quejas que lo único que hacen es amargarnos el día e intentar ser feliz con lo que hay.

Temas relacionados Elisabeth Amat Opinión