Elisabeth Amat

¡Qué mal huele la fatídica grieta!

Cuando uno llega a la Argentina por primera vez son muchas las cosas que debe aprender, especialmente qué palabras repetir y cuáles no, pero lo que más sorprende es ese concepto de grieta, del que todo el mundo habla.

ELI-AMAT
ELI-AMAT

25-10-2019 13:34

En todas las reuniones, grandes o chicas, se escucha ese comentario que dice que los males argentinos se solucionarán cuando se cierre la grieta... ¿pero qué grieta? ¿Dónde está la dicotomía? ¿Dónde se encuentra ese abismo entre los mismos paisanos que tantas veces ponderan sus colores albicelestes?

Y, lamentablemente, en estos días, he podido comprobar que aquello que a mí me parecía una diferencia más se ha transformado en una raja horrible con tintes incluso bélicos.

Me hartaron los comentarios en redes, y, para mi tristeza, la poca tolerancia de algunos... o de muchos, ante el pensamiento ajeno... pero eso sí, mientras, el país festeja por todo lo alto el día de la diversidad cultural. Pues a ese calendario de efemérides se le podría sumar el de diversidad política y social. De este modo, podríamos aprender todos un poco el valor de la tolerancia llegando a comprender que no siempre tenemos razón y andamos con la única verdad debajo del brazo. Encima, a esto se suma la idea de querer quitar el género a las palabras, porque supuestamente discrimina, hablando de les niñes de le Argentine, mientras escuchamos en plena calle cualquier estupidez política porque me encuentro con alguien que piensa distinto. ¿Dónde está la congruencia? ¿El sentido común? ¿Será verdad que es el menos común de los sentidos?

Esa fatídica división, dicen, que se produce en países fuertes y personalistas, donde el lenguaje que quiere imponerse es violento mientras que las campañas se convierten en “batallas” para animar a los militantes, provocando que los simpatizantes lleguen a definirse como “soldados” de la causa.

¿Boca o River? Aborto, ¿sí o no? Matrimonio igualitario, ¿sí o no? ¿Macri o Fernández? ¿Público o privado? ¡Contesta! ¿Pero por qué tengo que ir por el mundo con una especie de escudo para poder entablar una conversación?

¡Qué irrisorio ver a un pueblo partido en dos, cuando fue uno de los íconos más importantes en el abrazo a la inmigración! Aquel que no diferenciaba ni raza, ni bolsillo, ni religión... donde la bienvenida era para todos por igual.

Está claro que la inmensa mayoría estamos de acuerdo de que la violencia no soluciona nada pero si vamos a las acciones concretas, mejor nos quedamos callados... No vale la pena encender la TV ni navegar por internet y redes sociales porque del dicho al hecho hay un buen trecho.

Un grieta que se ha convertido en la peor peste de la Argentina... donde se han peleado hermanos, parejas, amigos, compañeros de trabajo... ¿para qué? Y lo que es peor, por seguir a políticos que de santos no tienen nada. NINGUNO.

Siempre fui fiel amante de una Argentina generosa, grande, donde cabíamos todos... Esta Argentina de hoy me huele a escepticismo, desconfianza, y división. Nos convencieron los de arriba que debía ser así. Y no. La grieta va a cerrarse cuando abramos los ojos y cambiemos el enfoque para ver ma?s alla? de nuestras narices.

Ojalá, encontremos el camino, olvidándonos de las políticas y de ganadores y vencidos. Argentina es mucho, muchísimo más que una elección o un país dividido en dos partes. No os olvidéis que lo mejor que tenéis es la DIVERSIDAD. Ahí se esconde vuestra riqueza más valiosa, más bella pero sobre todo, la más divertida. Sería tan triste perderla...

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