Elisabeth Amat

Y... algo aprenderemos de todo esto

Dicen los expertos que de las crisis se sale fortalecido. Ojalá tengan razón porque si uno lo piensa, ya que tenemos que pasar por este calvario encoronavirado, por lo menos, que nos sirva de alguna manera.

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23-09-2020 13:12

Algo aprenderemos de todo esto porque el aprendizaje es una de las vías fundamentales que tenemos para crecer y mejorar, cambiando la conducta y las estructuras mentales preestablecidas. Las piedras del camino nos activan, nos hacen creativos en el momento de buscar soluciones y poder avanzar. Argentina debe ser uno de los países con más dificultades superadas en sus espaldas. No por las ideas y actuaciones de los políticos, sino por su gente común y corriente que se las ingenia como sea. Así que esta vez, no será la excepción.

El problema de hoy evidentemente es complejo y ha sacudido nuestros esquemas. ¿Quién iba a decirnos que en pleno s XXI tendríamos que encerrarnos en casa, acosados por un enemigo minúsculo que amenaza con enfermarnos e incluso matarnos? ¿Cómo reaccionar frente a esta situación de peligro para todos? Aprendiendo.

Son muchas las lecciones que hemos recibido durante este año. Obviamente que en la masa encontramos varios especímenes: los que se quieren dar cuenta y los que el covid pasará por sus narices como un año perdido, sin más. Ojalá que estos sean la minoría

Personalmente, me gustaría tomar la oportunidad de crecer, por eso hay que mantener los ojos bien abiertos. Por un lado para entender la empatía y ponerla en práctica. Ponernos en la piel del vecino no siempre es fácil, pero hay que intentarlo para mirar un poco más allá de nuestras narices y comprender que hay más horizonte que el que nosotros enfocamos en nuestro ombligo. Pensar especialmente, en las personas mayores que son el foco en este momento y que, al final de sus vidas, tienen que sufrir en soledad el miedo de contagiarse en una pandemia que no tiene piedad con muchos pero, sobre todo, con ellos.

Y por otro lado, quiero reflexionar más en lo que tenemos. No en lo material, que al fin y al cabo ya nos hemos dado cuenta que los ricos también se mueren pidiendo oxígeno, sino en nuestros afectos, que son los que nos han aguantado en los días difíciles. Quizás es el momento para entender que sin ellos, estamos perdidos. Que no nos salvamos solos. No cabe la huida individual. Necesitamos de los demás; no somos una isla en medio del océano o un oasis en el desierto.

Y a todo esto, valorar también a Jujuy... Por su cielo infinito que nos conquista todas las mañanas, en sus cerros, que en estos últimos días nos mostraban sus cimas nevadas y en el aire puro que respiramos cuando salimos a pocos km de la ciudad. Muy pocos son los privilegiados de poder vivir en un entorno así. Aprovechemos entonces que la primavera se despertó y todos los rincones de la provincia se pintan de colores. Disfrutémoslo, aunque sea en medio de una pandemia tan triste.

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