Elisabeth Amat

¡Feliz día, querido maestro!

Cómo cambiaría el mundo si de vez en cuando nos acordáramos de aquellos que nos enseñaron, además de las letras, a ser buena persona...

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10-09-2019 11:51

En el año 2011 se entregó uno de los premios más importantes del mundo a Leonard Cohen: EL PRINCIPE DE ASTURIAS.

Este cantautor y poeta canadiense, que falleció a fines de 2016, en su discurso de agradecimiento ante autoridades importantes como los reyes de la Madre Patria, elogió a quien le enseñó los seis acordes fundamentales para componer sus canciones.

De forma sencilla, Cohen explicó que, en uno de sus paseos por su ciudad, Montreal, se encontró con un chico que tocaba muy bien la guitarra. Era español, y, a pesar de que el poco dominio del idioma no ayudaba mucho, consiguió convencerlo para que le diera unas cuantas clases del famoso instrumento. Un chico joven, inmigrante, que tocaba en la calle para ganarse el pan, impartió las primeras lecciones al que después fue un ejemplo para muchos.

La historia termina con un final triste pero la esencia de la anécdota es la sencillez del poeta que, quiere recordar públicamente que los maestros pueden estar en cualquier esquina... la cuestión es saber descubrirlos.

Tal como él decía, la poesía viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista, simplemente aparece.

Más allá de que se me ensancha el pecho al escuchar que el origen de este chico era el mismo que el mío, me sorprende la humildad de un hombre tan grande, merecedor de un galardón como este, que se detenga a recordar a su primer profesor de guitarra.

“Todo lo que han encontrado de bueno en mi trabajo, en mi obra, viene de España, decía. Todo lo que ustedes han encontrado de bueno en mis canciones y en mi poesía está inspirado por esta tierra.”

Pocas veces se ha hecho un elogio tan sutil, merecido y profundo a la cultura española en los actos que se realizan todos los años en Oviedo.

¡Cómo cambiaría el mundo si de vez en cuando nos acordáramos de aquellos que nos enseñaron, además de las letras, a ser buena persona...!

¿Se imaginan al futuro presidente de la Argentina agradeciendo en su primer discurso a los maestros argentinos que le inculcaron los colores albicelestes en las aulas?

No se rían señores. Soñar es gratis... y la esperanza es lo último que quiero perder.

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