Germán Maccagno

Si dijo lo que dijo entonces no dijo lo que dijo

He leído no sin asombro que el Sr. Presidente dijo que “no importa cuál sea el resultado... hoy ganará la democracia”.

08-08-2018 22:47

Me permito hacer algunas observaciones.

Si no importa el resultado entonces quiere decir que al Presidente le da lo mismo una cosa que otra y por lo tanto lo que dijo en el Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán en el año 2016 no tiene para él ninguna importancia.

En esa oportunidad El dijo que iba a defender la vida.

Me parece que estamos bastante acostumbrados al “yo no dije lo que dije”.

La falta de firmeza en las palabras dadas es una característica de muchos dirigentes. Afirman una cosa y luego se desdicen.

Mantener la palabra dada es una de las normas fundamentales de la credibilidad.

Cuando una persona mantiene su palabra es fiable. Si no la mantiene...

En nuestro país hemos escuchado montones de discursos de dirigentes que dicen una cosa en una oportunidad y otra en otra oportunidad.

En criollo se llama “camaleonismo” o “panquequismo”... también se lo puede llamar “ponciopilatismo”, haciendo uso y abuso de los neologismos.

Necesitamos dirigentes en los cuales se pueda confiar, que cuando dicen una cosa no la borran con la misma boca con que la pronunciaron.

De otro modo no crece ni progresa la democracia.

Además, dijo que “triunfa la democracia”.

La democracia triunfa no cuando se suman votos sino cuando se suman valores.

Si el valor de la vida humana, de toda vida humana (desde la concepción hasta la muerte natural) es indiferente, entonces no gana la democracia.

La madurez de las personas se forja en torno a las convicciones maduradas con razones y no a las opiniones cambiadas por el vaivén de los humores populares.

Hay dirigentes que en una época decían una cosa y en otra época dicen otra cosa, pero no porque se haya dado cuenta de que había que subsanar un error, sino porque era “de onda” decir tal o cual cosa.

La democracia crecerá cuando tengamos dirigentes con convicciones y convicciones con razones y no simplemente con humores propios de la conveniencia política.

Podemos decir que todavía hay algunos en quienes se puede confiar.

He escuchado a muchos abuelos que dicen “antes, la palabra era la palabra” y no hacía falta firma...

No creo que hoy podamos decir lo mismo, aunque lo deseamos para que crezca la democracia.

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