Un complicado inicio de torneo para Martin Astudillo en este 2018. Arrancó la fecha 1 normal, el 25 de agosto ante Arsenal de Sarandi. La siguiente, recibió a Defensores de Belgrano el 2 de octubre, y desde ahí comenzó la polémica con los parates.
En la tercera fecha, a Gimnasia le tocó quedar libre, el fin de semana del 14 de septiembre, mientras que el fin de semana siguiente hubo amistosos internacionales por fecha FIFA donde jugó la selección argentina, y el lobo quedó nuevamente sin competencia oficial (se programaron algunos amistosos durante esos días para no perder el ritmo futbolístico).
Volvió a jugar en la fecha 4, contra Santamarina de Tandil, y en condición de visitante. Acá viene el problema: el partido siguiente, ante Instituto de Córdoba que estaba programado para este fin de semana en el 23 de Agosto, fue postergado por la utilización del estadio para la Fiesta de los Estudiantes, para el sábado 13. Significa que el Lobo tendrá un receso más a la lista, y recién volverá a competir el 6 de octubre ante Temperley y nuevamente de visitante.
¿Cómo reaccionan los jugadores ante esta situación? Claramente, no es algo positivo para el equipo, que con algunas complicaciones en lo futbolistico, se suma la de no poder tener un desarrollo normal en la competencia del torneo.
Nuevamente Astudillo debió planificar un amistoso para seguir en carrera, y la otra dificultad fue conseguir rival, ya que todos están en sus respectivos campeonatos. El sábado 29, jugarán los profesionales ante Atlético San Pedro.
En cuanto a esta circunstancia, los entrenamientos deben modificarse, las cargas comienzan a ser más altas, se pierde ese "equilibrio" físico y mental, pre-competencia, pensando en el rival que viene, porque fueron tres veces en menos de dos meses, en los que Gimnasia no tuvo competitividad, mientras los restantes equipos siguen con su curso normal en certámen.
