¿Será que es una cuestión de nunca acabar? El sueño con el que arrancó la temporada y este nuevo torneo Talleres de Perico, terminó siendo la peor pesadilla y que no se puede revertir.
Sancionado, descalificado, multado, sin poder sumar puntos por 4 meses, estadio suspendido. Éstas son las consecuencias que tiene un club cuando se da un incidente de tal magnitud y deja a un equipo desmantelado en el fútbol y en la sociedad.
Los violentos de siempre volvieron a arruinar el sueño de muchos que van con una ilusión y un anhelo a sentarse a las tribunas, a cantar y alentar, a 'pechar' para adelante a 11 jugadores que van con esas ganas de lograr el objetivo.
Lo difícil de entender, es que esta vez no fue un hincha que saltó del alambrado y se metió en el campo de juego. Ésta vez fue alguien que pertenecía a la institución, que vestía la indumentaria del expreso, esta vez vino de adentro. ¿Realmente queres a tu club como para hacer una cosa así? ¿Ese sujeto no es ni un 5% consiente de lo que podía pasar cuando lo hiciera? ¿Pensaba que nadie lo iba a ver cuándo las tribunas explotaban? Haber lanzado una bomba de estruendo y querer herir y dañar al equipo rival, es de alguien que no está en sus cabales.
Porque nadie lleva de casualidad un proyectil en el bolsillo. Por qué nadie lo lanza “sin querer”. Estas acciones son pensadas y con un fin claro, pero sin pensar por supuesto en las consecuencias.
Hasta acá fue el sueño que tenía Talleres, y que quedó sin objetivos, con un trabajo tirado a la basura, una vez más. ¿Hasta cuándo los que realmente aman y disfrutan el fútbol tendrán que convivir con esto? ¿Cuántas sanciones son necesarias para que esa parte de la sociedad entienda que estos hechos no pueden ocurrir?
Si bien sabemos que la provincia siempre es perjudicada en el ámbito deportivo, con arbitrajes, con fallos inconcebibles, haciendo referencia por ejemplo al partido en donde personal de Central Norte agredió violentamente a jugadores de Talleres y el Consejo Federal miró como de costumbre a un costado, haciendo vista gorda a la situación, repudiamos absolutamente incidentes como estos, porque no hacemos más que seguir retrocediendo.
Jujuy quedó en las imágenes que no queremos ver, de la mano de una persona que prefirió actuar violentamente sin pensar en las mil familias e hinchas que entraron al estadio con un gramito de esperanza y que al llegar a sus casas sabían que el peor final se acercaría.
