Él es un jugador especial, un ser humano especial.
Es una de esas personas que ha logrado convertirse en corazón y alma del equipo, por su ejemplo en la competitividad, en sus actos de humildad en cada rincón donde visitó, cada escuelita que ayudo, el máximo ídolo.
En realidad, es muy particular en ese sentido. Él tiene la misma actitud de vencer al contrincante. Jugaba con una pasión y una actitud en absolutamente todos los partidos, que en pocos pudimos ver.
Manu, ha sido gran parte de cualquier éxito que hemos tenido. ¿40 años y todavía nos deleitaba en cada jugada, con nuevos records, sumando puntos y más puntos? Una cosa de locos.
¿Puede haber tanta grandeza en alguien? Claro que si.
1995, debutó en aquel Club Andino de la Rioja. Apenas un año de profesional, recibió el premio al jugador de mayor progreso en el Club Estudiantes. Así comenzaba “el pibe de 40”.
Su alto nivel no podía esperar para dar el gran salto: directo a la liga italiana de básquet. Después de que muchos ojos lo vieron, la NBA apunto fijo y no lo dejó escapar. ¡Hola San Antonio Spurs! El mundo del basquetball estaba a sus pies.
Desde esos días, Manu subió las escaleras más altas del universo. Ganó su primer título con la selección, con esa fantástica 'Generación Dorada' de Scola, Nocioni, Delfino, Gutiérrez, Prigioni, Pepe Sanchez, Oberto, Montecchia, al mando por su puesto, del maestro Sergio Hernández.
¿Quién no recuerda con lujos de detalles, el efímero segundo, cuando el 5 voló y marcó el doble más importante de la historia del básquet argentino? Si, fue ese día cuando Manu se convirtió en un “extraterrestre”. Ni más ni menos. La palomita de Manu, ante Serbia, para iniciar el camino a la Medalla Dorada.
Manu deja, para los que aman el básquetbol, lo que fue la perfección del juego en equipo. En todos los equipos en los que jugó, se destacó por ser líder anotador, pero también por ser el mejor en tratar que sus compañeros sean mejores y se destaquen dentro de la cancha.
Y su día tenía que estar en el calendario. Este jueves 30 de agosto San Antonio celebrará por el resto de sus días, el “Día de Manu Ginóbili” en reconocimiento por el impacto que tuvo el bahiense en la ciudad y su comunidad.
¡Gracias totales por siempre, MANU!
