La damnificada es Ana A., quien padece la enfermedad de "Huntington", patología que en su caso, le afecta la parte motriz, provocándole espasmos respiratorios, arritmia cardíaca y dificultad para hablar con fluidez.
La denunciante detalló ante la prensa que en la noche de la detención iba de acompañante en un vehículo con un amigo cuando en la intersección de avenida Párroco Marshke e Hipólito Yrigoyen un control vehicular pidió que detuvieran la marcha. Al revisar toda la documentación les permitieron seguir con su camino.
Instantes después sobre la misma avenida, la fuerza vuelve a detener la marcha del vehículo, esta vez para un control de alcoholemia. Allí, personal policial les pidió que se bajaran del rodado para realizar el test que al conductor le dio con resultado positivo.
Sin embargo, Ana les pidió a los efectivos que volvieran a realizar el test ya que ella sostenía que no habían ingerido ningún tipo de bebida alcohólica. El personal a cargo del control se negó a realizar el test por segunda vez.
En ese momento procedieron a realizarle el acta contravencional y la multa correspondiente. Además, les informaron que en un lapso de una hora les permitirían al chofer continuar manejando.
Minutos después, según relató la damnificada, personal policial se acercó al vehículo con una grúa para llevarse el rodado, al mismo tiempo que Ana y su compañero solicitaban una respuesta a los efectivos del por qué de la decisión de remover el auto.
“Ahí es cuando mi compañero empieza a discutir con la policía y yo empiezo al filmar la situación con mi teléfono porque me parecía una situación desmedida e irregular. Instantes después los efectivos me arrebatan el teléfono y me empiezan a filmar por lo que yo le pido que no lo hagan”, relató Ana A.
Allí la situación se habría tornado violenta y la mujer denunció hacer recibido golpes y maltratos por parte del personal policial: “me agarraron del cuello, me empujaron la pared y me golpearon entre dos policías".
"Gritaba y pedía por auxilio porque soy una persona con discapacidad. Después se sumó un tercer efectivo a golpearme, todas eran femeninos”, explicó Ana.
Mientras le ponían las esposas, la habrìan acusado de estar en estado de ebriedad mientras que ella les intentaba explicar que tiene problemas en el habla debido a su discapacidad.
“Yo me resistí al arresto porque no tenían motivos para llevarme”, indicó la denunciante. Finalmente fue trasladada a la fuerza hacia la Seccional 6ta. en donde los malos tratos habrían continuado.
Luego de varios días de sucedido el hecho, Ana A. continúa recuperándose de los golpes que le causaron diversos hematomas en los brazos.
Por su parte Paula Álvarez Carrera, abogada defensora de la damnificada, indicó que trabaja en el caso ya que considera que lo ocurrido se trata de violencia institucional.
“Las actuaciones están a cargo del fiscal Gustavo Araya pero hasta el momento Ana no fue citada a ratificar su denuncia”, expresó la letrada y agregó que su defendida sufrió otra forma de violencia institucional cuando al momento de que los médicos de la policía debían revisarla en la Seccional 6ta,como indica el protocolo, no le prestaron atención a las heridas y tampoco a la discapacidad que manifestaba poseer.
Por otro lado, la abogada sostuvo que las denuncias también serán realizadas en contra del INADI y de la Secretaría de Derechos Humanos por no haber actuado de oficio en el caso.
“Es un caso de violencia institucional totalmente violatorio de los derechos básicos de una persona, es un trato discriminatorio hacia la condición de discapacidad de mi cliente y un acto de violencia de género. También consideramos que el accionar policial fue un acto de abuso de autoridad y una detención arbitraria”, finalizó la letrada.
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