Cultura

El Día de Santa Rita se recordará con misas online

Este 22 de mayo se transmitirán dos misas a través de Facebook en honor a la santa de los casos imposibles.

Santa-Rita
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21-05-2020 19:15

Mañana 22 de mayo los fieles católicos recuerdan el Día de Santa Rita, sin embargo será una celebración especial a causa de la pandemia que no permitirá que los creyentes estén presentes en las misas.

Una de las celebraciones religiosas más concurridas es la del santuario Santa Rita en el barrio Los Perales. En este sentido, desde la institución comunicaron a través de redes sociales que las misas se transmitirán online a las 10 de la mañana y a las 19.30 horas.

Los fieles que deseen seguir las celebraciones religiosas deberán seguir la página de Facebook, “Parroquia San Bartolomé Jujuy”, parroquia que forma parte de la comunidad de Santa Rita.

Además el santuario en Los Perales estará abierto solo para rezos, a las 9, 11, 17 y 19 horas.

LA HISTORIA DE SANTA RITA, ABOGADA DE LOS CASOS IMPOSIBLES

Santa Rita, fue una religiosa, que, casada con un hombre violento, toleró sus crueldades reconciliándolo con Dios. Al morir su marido y sus hijos ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín en Casia, de la Umbría, en Italia.

Fue una mujer que no pasó indiferente ante la tragedia del dolor y de la miseria material, moral y social. Su vida terrena podría ser de ayer como de hoy.

Rita nació en 1381 en Roccaporena, un pueblito perdido en las montañas apeninas. Sus ancianos padres la educaron en el temor de Dios, y ella respetó a tal punto la autoridad paterna que abandonó el propósito de entrar al convento y aceptó unirse en matrimonio con Pablo de Ferdinando, un joven violento. Las biografías de la santa pintan un cuadro familiar muy común: una mujer dulce, obediente, atenta a no chocar con la susceptibilidad del marido, a causa de quien sufría en silencio.

Su bondad logró finalmente cambiar el corazón de Pablo, que cambió de vida y de costumbres, pero sin lograr hacer olvidar los antiguos rencores de los enemigos que se había buscado. Una noche fue encontrado muerto a la vera del camino.

Los dos hijos de Rita juraron vengar a su padre. Cuando ella se dio cuenta de la inutilidad de sus esfuerzos para convencerlos de que desistieran de sus propósitos, y le rogó a Dios que un sus vidas no cargaran con un homicidio. Su oración, fue escuchada. Ya sin esposo y sin hijos, Rita fue a pedir su entrada en el convento de las agustinas de Casia. Pero su petición fue rechazada.

Regresó a su hogar desierto y rezó intensamente a sus tres santos protectores, san Juan Bautista, san Agustín y san Nicolás de Tolentino, y una noche sucedió el prodigio. Se le aparecieron los tres santos, le dijeron que los siguiera, llegaron al convento, abrieron las puertas y la llevaron a la mitad del coro, en donde las religiosas estaban rezando las oraciones de la mañana. Así Rita pudo vestir el hábito de las agustinas, realizando el antiguo deseo de entrega total a Dios. Se dedicó a la penitencia, a la oración y al amor de Cristo crucificado, que la asoció aun visiblemente a su pasión, clavándole en la frente una espina.

Este estigma milagroso, recibido durante un éxtasis, marcó el rostro con una dolorosísima llaga purulenta hasta su muerte, esto es, durante catorce años. La fama de su santidad pasó los limites de Casia. Las oraciones de Rita obtuvieron prodigiosas curaciones y conversiones. Para ella no pidió sino cargar sobre sí los dolores del prójimo. Murió en el monasterio de Casia en 1457 y fue canonizada en el año 1900.

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