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El gobierno francés calificó como "una catástrofe" a las violentas protestas en París

La policía detuvo a más de 1700 manifestantes.

ROTO
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09-12-2018 12:15

Un día después de las violentas protestas de los "chalecos amarillos" en París, por cuarta vez, el ministro de Economía de Francia calificó a las violentas marchas como "un desastre" para el país europeo. "La factura debe ser asumida por el Estado, por la solidaridad y por las aseguradoras", dijo el ministro de Economía y Finanzas Bruno Le Maire. Las violentas manifestaciones, en las que hubo muchos actos de vandalismo, terminaron con 1723 arrestos. La mayoría fueron en la capital, con 1082 detenciones.

El presidente de la patronal de la pequeña empresa François Asselin dio por perdidos seguros por 10.000 millones de euros y dijo que habrá "muchas quiebras" en el comercio, que está "en primera línea" de los damnificados después de cuatro sábados consecutivos de movilizaciones, que en muchos casos terminaron con violencia.

En una entrevista publicada por "Le Journal du Dimanche" el dirigente dijo que están "muy inquietos", que el fin de este año va a ser "muy complicado" para muchas empresas -sobre todo las pequeñas- y que "no hay que hacerse ilusiones, ya que habrá impacto en el último trimestre y el crecimiento no será el que se esperaba".

En tanto que Emmanuel Grégoire, adjunto de la alcaldesa de París, explicó que hubo "muchos más daños materiales" en la ciudad que en las manifestaciones del 1° diciembre y en un área más amplia, lo que se traducirá en "un costo económico mucho más importante", con pérdidas "colosales".

En una entrevista a la emisora "France Info" explicó que la mitad de los comercios cerró preventivamente, en un día tradicionalmente de fuertes ventas, en vísperas de la Navidad. Explicó que hubo saqueos en decenas de comercios y que centenares de locales sufrieron destrozos.

Esta mañana, pese al intenso trabajo de los servicios de limpieza del Ayuntamiento, seguían visibles las señales de los disturbios en las calles de las tres zonas más afectadas: los Campos Elíseos, los Grandes Bulevares y los alrededores de la plaza de la República.

Entre el desolador panorama se veían los restos de coches incendiados, locales destrozados y con pintadas y todavía se sentía el olor de los contenedores quemados durante las manifestaciones. Incluso hay pintadas contra el presidente Emmanuel Macron en la estatua de la República.

"Bancarrota para Macron", se puede leer en los paneles de madera que se colocaron para proteger las vitrinas de una sucursal bancaria en los Grandes Bulevares, o "Macron, lárgate" en una parada de colectivos parcialmente destruida.

Los desmanes no se produjeron solo en París suno también en ciudades como Saint-Etienne o en Burdeos donde su alcalde, el exprimer ministro conservador Alain Juppé, dijo que se siente "a la vez indignado y conmovido" por la violencia de las protestas.

Coincidió con el ministro de Economía francés en que las consecuencias "serán desastrosas", ya que dijo que no solo tienen impacto a nivel local sino que además generarán "un daño para la imagen internacional de Francia".

"Esto debe terminar, y en primer lugar el presidente de la República debe hablar y hacerlo rápido y fuerte", dijo Juppé, que explicó que muchos de los pedidos de los "chalecos amarillos" deben ser atendidos (en principio, se dio marcha atrás con la suba de combustibles) y que exigió que en las protestas ya no haya violencia.

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