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Con 6 años, le salvó la vida a su hermanito al donarle médula ósea

La nena era 100% compatible y no dudó un momento. Luego del trasplante, se convirtió en su cuidadora y no se separa de su cama. Esperan que al pequeño le den el alta dentro de los próximos dos meses.

DONACION
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14-04-2019 15:55

A las 22 semanas de embarazo, Kelsey Stynes se enteró que su bebé tenía un defecto en el corazón: del órgano solo salía un gran vaso sanguíneo, en vez de dos, y entre las cavidades inferiores tenía un orificio. Por lo tanto, a dos semanas de nacer lo sometieron a una operación de ocho horas para corregir este defecto congénito.

Luego de cinco días en terapia intensiva, los médicos detectaron otro inconveniente: la herida no sanaba porque el nene no tenía células blancas. Esto significaba que, al carecer de sistema inmune, cualquier infección podría matarlo. El origen de esta condición era que su médula ósea estaba fallando, así que toda la familia (los papás y sus tres hermanos) se embarcó en estudios médicos para detectar quién era compatible con Caleb.

Los médicos sabían que sus papás serían al menos un 50% compatibles, así que empezaron a preparar las transfusiones. Sin embargo, cuando llegaron los resultados de Sophia, de 6 años, la esperanza se renovó. Es que la nena tenía un 100% de compatibilidad y ya había tomado una decisión: “Quiero ayudar. Si le doy mi médula a Caleb, sobrevivirá”.

Ella ya estaba enterada de lo que esto significaba, gracias a que el equipo médico le había explicado la situación: un trasplante de médula ósea le salvaría la vida a su hermanito. “Tenía emociones mezcladas. Sophia estaba muy predispuesta pero no me hubiese gustado que pasara por esto si no quería”, confesó su mamá en declaraciones a medios extranjeros.

Luego de charlas con el equipo de psicología de un hospital de Leicestershire (Inglaterra), finalmente le realizaron la extracción de su cadera, a solo unas camas de distancia de su hermano. Dos semanas demoró la confirmación del éxito del trasplante y, durante ese tiempo, la nena se convirtió en guardiana de Caleb. Gracias a un permiso especial, no se separó de su hermanito.

“Me emociono de solo pensarlo. Estoy conmovida por lo que sucedió. Ella me maravilla. Se comportó fantásticamente todo el tiempo, no paró de sonreír y sabe que hizo algo bueno, aunque no estoy segura de si se da cuenta del alcance. Si no lo hubiera hecho, Caleb no estaría con nosotros”, aseguró la mamá de los chicos.

Ahora el bebé espera recibir el alta dentro de las próximas ocho semanas y los médicos pronosticaron una recuperación total. Sophia, por su parte, ya fue dada de alta de la donación y solo asiste a la clínica para cuidar a su hermanito. “Se adoran el uno al otro, están más cerca que nunca y son los mejores amigos”, concluyó la mujer.

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