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En Bangladesh: denunció al director de su escuela por acoso sexual y la quemaron viva

La adolescente Nusrat Jahan Rafi tenía 19 años y llegó al hospital en grave estado. Diez días más tarde murió.

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20-04-2019 12:37

La terrible experiencia de una estudiante de 19 años de una escuela islámica, quemada viva luego de haber denunciado un abuso sexualpor parte del director, conmociona y desborda de ira a Bangladesh.

Durante semanas, el país se ha dividido entre los que salen a la calle y realizan protestas callejeras en apoyo de los arrestados y los que exigen a las autoridades que se encierre para siempre a los responsables del asesinato.

El ministerio del Interior anunció 15 arrestos: varios agresores adolescentes que aparentemente estuvieron en la escena del crimen, pero también algunos políticos locales ultra conservadores.Y la tensión en el país es alta, se trata de una nación donde muchas mujeres jóvenes prefieren guardar silencio en lugar de denunciar la violencia y el abuso sexual, por temor a las represalias de la sociedad y de las propias familias.

La víctima esta vez es Nusrat Jahan Rafi, oriunda de Feni, una pequeña ciudad a 160 kilómetros al sur de Dhaka y que estudiaba en una madrasa, escuela coránica. El 27 de marzo, la joven dijo que el director la había llamado a su oficina y que la había tocado repetidamente "de manera inapropiada". Luego se escapó para evitar lo peor. Poco después decidió reportar el incidente, pero vivió horas dramáticas en una comisaría donde, en lugar de ser protegida después del trauma sufrido, fue filmada por un agente con un teléfono móvil, y recibió burlas y reprimendas.

En el video, publicado más tarde en algunos medios de prensa locales, la joven intenta cubrirse la cara con las manos mientras el agente le pide que se las quite y comenta sobre la historia diciendo que no era "nada serio".

Para el director, sin embargo, hubo un arresto que desencadenó que en Dacca y Feni muchas personas salieran a las calles para exigir su liberación.

A pesar de todo, la jovencita se presentó en la escuela el 6 de abril para rendir los exámenes finales. Un amigo le advirtió del clima hostil en su contra dentro de la escuela, llevándola al techo con la intención ponerla a resguardo, pero allí, poco después, algunas personas que estaban escondidas, comenzaron a acosarla y le exigieron que retire la denuncia contra el director.

Cuando ella se negó, sencillamente la prendieron fuego, lo que le produjo heridas letales.

El hermano, desesperado en su funeral, dijo que había acompañado a la niña a la escuela, pero que no lo habían dejado entrar. Según datos de la investigación, los asesinos intentaron simular un suicidio, pero la adolescente, antes de morir en el hospital, donde fue transportada con quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, pudo contar en la ambulancia lo que había ocurrido y grabar un audio en el celular de su hermano, denunciando a sus atacantes. Entre ellos, dos estudiantes de la escuela y otros adolescentes que habían organizado la protesta en apoyo al director.

La policía expulsó al agente que había filmado a la víctima con su celular y el ministro del Interior aseguró que "todas las personas involucradas en el asesinato serán llevadas ante la justicia".

Pero la familia de la joven hizo saber que se siente abandonada y marginada mientras muchos en Bangladesh todavía piensan que la jovencita maltratada inventó la historia del abuso.

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