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Mató de un tiro a su amigo de la infancia porque no quiso convidarle cocaína

El juicio por el crimen iniciará este miércoles.

23-09-2019 16:28

El 24 de diciembre de 2018, Danilo Sabbadín, "El Gordo", había decidido celebrar la Nochebuena y recibir la Navidad con su grupo de amigos de toda la vida. Arregló con "El Ojudo" y "Pelín" ir a celebrar el día todos juntos a la casa de "Apu", en el barrio Villa Los Pinos, Córdoba capital.

El grupo de amigos no era muy querido en el barrio. Algunos vecinos los habían catalogado como "los desgraciados de Villa Los Pinos". En algún momento los señalaron como responsables de robos de teléfonos celulares y era común verlos en una de las esquinas de la zona con botellas de alcohol y consumiendo cocaína.

La reunión navideña comenzó cerca de las tres de la tarde de ese sábado. Los amigos se pasaron la mayor parte del día en la terraza. El calor era abrumador. El consumo de alcohol y cocaína se inició temprano en el domicilio de "Apu", al que también se le sumó la ingesta de pastillas de Rohypnol, una benzodiazepina particularmente potente y tóxica si se la mezcla con alcohol.

Según relatarían luego los amigos en el caso que adelantó La Voz del Interior, Danilo Sabbadín llevaba a lo largo del último año una vida en la que su buen pasar laboral y económico se mantenía a la par del incremento de su supuesta adicción a las drogas.

Había conseguido un buen trabajo en la fábrica de ladrillos "Palmar", donde cobraba un sueldo cercano a los 40 mil pesos mensuales. El dinero le sobraba para llegar a fin de mes.

Sin embargo, su hábito de consumir cocaína lo había llevado a ciertos problemas. Meses antes, la policía cordobesa le había allanado en su casa, donde se le habían secuestrado tres armas de fuego. Su padre, que no tenía nada que ver con las pistolas, se hizo cargo de su portación para "salvar" a su hijo y quedó sometido a un expediente por "tenencia ilegal de armas de fuego".

Ya cerca de las 19:30 de ese 24 de diciembre, el grupo se quedó sin marihuana y todavía faltaban casi cinco horas para la llegada de la Navidad. Así, "El Gordo" Danilo y uno de sus amigos decidieron salir a comprar.

Danilo le pidió a un amigo que lo llevara a un kiosco en el barrio "San Jorge". Se metió dentro y salió con su mochila negra y amarilla y en compañía de Marcelo "Chelo" Quinteros, de 23 años, uno de sus grandes amigos de la juventud.

Hacía mucho que los dos no se veían. "Chelo", sin trabajo, peleado con su familia, había dormido durante las últimas semanas en plazas. Así, "El Gordo", con algo de espíritu navideño, invitó a "Chelo" a recibir la Navidad junto al resto del grupo y ambos se subieron al auto para regresar a la terraza de la casa de Villa Los Pinos.

Cuando llegaron al domicilio, había algunos del grupo que estaban en la vereda. Danilo y Chelo se dirigieron hacia una de las habitaciones. Danilo abrió su mochila y sacó un arma: una 9 milímetros.

Contó que unos conocidos suyos se la habían robado a un policía y que se la habían vendido. También sacó una bolsita de plástico transparente. Allí había al menos unos 60 cartuchos 9 milímetros. Danilo cargó cinco balas y le ofreció a su amigo "Chelo" ir a la terraza "a probarla".

Cerca de las 20, Danilo efectuó dos disparos al aire. Ninguno de los vecinos se percató de los disparos. Todos pensaron que se trataba de fuegos artificiales que servirían de anticipo para los festejos de la medianoche. Pero el resto del grupo sí reconoció los sonidos y decidió subir también a la terraza para saber qué sucedía allí arriba.

Una vez congregado el grupo, todos se quedaron riendo y charlando en ronda. Danilo había guardado ya la pistola en uno de sus bolsillos.

Cerca de las 20:30, Danilo vio que "Chelo" tenía una bolsita de nylon celeste rellena con "alita de mosca", cocaína peruana de alta calidad. "El Gordo" necesitaba otro "pase" para seguir con su fiesta. Fue entonces cuando toda la celebración se desmadró y se transformó en una desgracia.

Danilo le pidió al Chelo que le pasara la bolsa para consumir.

-Dame un 'saque'.

-No, ni en pedo.

-Ah, ¿no me vas a dar? Mirá que te voy a meter un tiro.

-Dale, metémelo en el medio de la frente...

Danilo tardó apenas segundos en sacar la pistola de su bolsillo. Apuntó a la cabeza de su amigo, puso el arma a unos 30 centímetros de la frente y gatilló. "Chelo" cayó fulminado al suelo, el golpe de su cuerpo con el cemento crudo de la terraza hizo el ruido similar al de la caída de una bolsa pesada. El impacto del proyectil hizo que la sangre salpicara al resto de los testigos.

Hubo unos segundos de silencio, hasta que se escuchó el primer "¡¿Qué hiciste?!". Danilo se arrodilló junto al cuerpo de su amigo y empezó a los gritos: "¡Chelo, nooo, despertate! Perdoname, perdoname, hermano! ¡Lo maté, me quiero mataaar!", repitió "El Gordo" una y otra vez de manera desesperada.

El próximo miércoles comenzará el juicio en la Cámara 3ª del Crimen de la provincia de Córdoba con tribunal integrado por los jueces Gustavo Ispani, María de los Ángeles Palacio y Leandro Quijada.

Se estima que el debate durará apenas dos días ya que el fiscal de la causa, Marcelo Hidalgo, llegó a un principio de acuerdo con el abogado defensor de Sabbadín, Diego Larrey, para que se dicte una condena de 10 años y 8 meses de prisión debido al delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego", y dentro de la que también está incluida una sanción por "encubrimiento", debido al robo del arma de fuego con la que cometió el asesinato de su amigo.

Si atravesás una adicción a las drogas y buscás ayuda, podés contactar a la línea 141 o al 0800-222-1133 de la SEDRONAR las 24 horas de manera gratuita.

Fuente: Infobae.

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