En una caída sin precedentes históricos, la construcción sufrió un desplome del 75,6% interanual en abril y acumula una destrucción de 100 mil puestos de trabajo en el último año.
A pesar de las flexibilizaciones en varias provincias y los tenues anuncios de obra pública, la actividad continúa en caída libre desde hace 19 meses. Por lo tanto este nivel de caída se da en relación a un mes que ya había sufrido un fuerte recorte respecto a 2018.
En términos intermensuales, la baja desestacionalizada alcanzó el 51,5% contra un marzo que ya había caído un 37,9%.
Los datos reportados por el Indec muestran que los números más dramáticos se dan en el hormigón elaborado (-93,7%), mosaicos (-90,3%), ladrillos huecos (-87,1%), asfalto (-86,5%) y yeso (-85,6%). Pero incluso el rubro menos afectado, las cales, también marcó una preocupante contracción del 33,8%.
En este marco es que se destruyeron 17 mil empleos formales en un mes y 100 mil en el último año, un descenso del personal del 23,4%.
Las proyecciones estiman un sendero aún más preocupante. Por un lado, porque el reporte de puestos de trabajo tiene un atraso de un mes en relación a los datos de producción, es decir que en este momento recién estamos observando la situación de marzo.
A su vez, la apertura de mayo fue muy lenta y dadas las dificultades de transporte en el AMBA, es probable que este ritmo se mantenga algunos meses más.
En Capital Federal el 70% de los trabajadores de la construcción viven más allá de la General Paz, lo que podría convertir al transporte público en un foco infeccioso para los más de 150 mil obreros de esta rama.
Es por eso que la encuesta realizada por el Indec, el 76,7% de los empresarios prevé que la obra privada disminuirá y el 44,2% considera que tendrá que recortar personal contra solamente un 2,3% que piensa aumentar sus dotaciones.
Fuente: La Política Online
