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Walter combatió en Malvinas, Yolanda lo cobijó en su casa al volver y 37 años después se reencontraron

Él llegó con otros cientos de soldados a Puerto Madryn en 1982. Ella lo recibió y le dio de comer. Ahora se volvieron a ver. La historia.

23-06-2019 21:31

Todos lo recuerdan como "el día que Puerto Madryn se quedó sin pan”. Hace 37 años, cientos de soldados llegaron a la ciudad de la ballenas en el buque Canberra tras la Guerra de Malvinas. Era parte del camino de regreso a sus casas. El imponente transatlántico amarró en el muelle y los soldados bajaron pensando que nadie los esperaba. Pero ahí estaba la gente de Madryn para cobijarlos. Los alojaron en sus casas. Les dieron de comer, y como consecuencia, dejaron a todas las panaderías vacías. De allí el nombre del día que ahora se recordó en Puerto Madryn casi cuatro décadas después.

Hubo una historia especial, entre tantas otras. La de un chico que volvía de la guerra y una mujer, madre de cuatro hijas, que junto a su esposo cobijaron en su casa a los pibes que venían del frío, del dolor de ver morir a sus hermanos y que tenían miedo de ser rechazados. Walter Pintos era el soldado. Yolanda Zevallos, la mujer.

El momento en que ella le daba un pan al soldado quedó registrado en una foto icónica. Él la buscó y la encontró al volver a Madryn para recordar aquel día. La tarde del 20 de junio se reencontraron, 37 años y un día después del primer encuentro. Allí el excombatiente Walter Pintos pudo cerrar una parte de su historia y Yolanda Zeballos pudo volver a ver la cara de aquel chico que un día llegó a su casa.

“Dios me dio otro hijo del corazón”, contó Yolanda, quien hace siete años enviudó pero recuerda como si fuera ayer cuando, junto a su marido y sus tres hijas mayores iban a las barracas de la firma SAIEVA a compartir mates con los soldados que habían vuelto de la guerra. “Llevábamos tortas fritas y yo hacía buñuelos, me acuerdo que mi hija mayor llevaba la guitarra e íbamos a compartir con ellos los sábados a la tarde o los domingos. Necesitaban mucho afecto, mucha contención”.

“Por alguna razón siempre tuvimos muy presente a Walter, más allá de que fueron cinco los soldados que pasaron por casa. Hay dos también que para mí son hijos del corazón, uno lamentablemente ya no está con nosotros, pero ellos no habían ido a las islas. Es una alegría tremenda haberlo encontrado después de tantos años, siempre nos quedó muy presente junto con otros dos muchachos, Víctor y Julio”, dijo Yolanda en una entrevista que dio al programa “Suban el Volumen”, que se emite por Cadena Tiempo.

Walter llegó a Puerto Madryn hace algunos días para participar de las actividades organizadas por los 37 años del arribo de los veteranos de la Guerra de Malvinas al puerto local, a bordo del buque británico “Canberra”. El contingente, con soldados argentinos que eran prisioneros de guerra y heridos del conflicto armado en el Atlántico Sur, fue subido a camiones y pese a que las autoridades militares habían pedido a la población civil no tener contacto con los soldados, los vecinos de Puerto Madryn se lanzaron a las calles para recibir a quienes habían defendido la soberanía nacional.

Aquella jornada del 19 de junio de 1982, , quedó plasmada en un mural que se inauguró esta semana en el acceso al muelle Storni, pero además está grabada en el inconsciente popular a través de cientos de imágenes que la comunidad atesora como parte de su patrimonio histórico y cultural.

Una de las fotografías más conocidas de aquel "día que Madryn se quedó sin pan" muestra la parte posterior de un camión del ejército y a varios excombatientes recibiendo pan de parte de los vecinos. Uno de ellos es Pintos, quien arribó a Chubut con el deseo de reencontrarse con la familia que lo cobijó en su casa.

Tras varios días en Puerto Madryn finalmente pudo contactarse con Yolanda. “Estos días casi no dormí, pero la encontramos. Con la ayuda de los muchachos, de toda la gente del pueblo, con las redes, llegamos hasta la casa de Yoli”.

“No tengo palabras para agradecerles otra vez. Este pueblo está bendecido, cuando se estrecha su fuerza tiene el poder impresionante porque todos se movilizan por el ser humano, es muy lindo”. Dijo el soldado. Hace algunos días durante la recordación y la inauguración del mural hubo de todo. Emociones, reencuentros, abrazos. Esta vez Madryn no se quedó sin pan, pero el encuentro fue tan emocionante que muchos se quedaron sin lágrimas.

Fuente: Clarín

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