Opinión

Elogio de la maternidad

Frente al avance de la ideología de género que quiere convencer a las mujeres de que ser madres es una forma de ceder ante el patriarcado y someterse a él , es necesario hacer hoy el elogio de las madres.

a8a00919b0728c3df39d234e974db40c_XL
a8a00919b0728c3df39d234e974db40c_XL

12-11-2018 18:10

La Madre es algo así como el reflejo del rostro materno de Dios.

Dios no es sólo Padre, sino también Madre.

Recordamos el texto del profeta Isaías: “aunque una madre abandone a su hijo yo no te

abandonaré”(Is 49,15)

Recordamos también cómo Jesús expresaba su misericordia con rasgos de dolores maternales (el

N.T. dice que se le conmovían las entrañas).

También San Pablo expresa su amor a su comunidad expresando que los había engendrado como

una madre ( 1 Cor 4,15) y a los Gálatas les dice que sufre dolores de parto por ellos ( Gal 4,19)

El amor y el dolor de una madre es siempre algo inexplicable y misterioso y hace relación a esos

nueve meses que llevó a su hijo/a en su seno.

Sólo una madre sabe lo que siente por sus hijos.

Por eso hacemos el elogio de la maternidad, porque es en lo humano lo más parecido al amor

entrañable de Dios mismo por nosotros.

La maternidad nunca debe ser considerada un “peso”, una “molestia”, un impedimento para la

propia realización, porque la maternidad es la realización plena de una mujer que ha sido creada

por Dios con un cuerpo y un corazón directamente orientado a la Vida.

Nuestra sociedad debería premiar la maternidad y cuidarla porque en toda madre se hace

presente el poder creador de Dios.

Hoy estamos traspasados por una mentalidad que ha degradado la maternidad, que la ha

transformado en un accidente.

También vemos cómo se ha transformado en algo “comercial”, ya que se habla de vientres

subrogados , de maternidad alquilada y de otras múltiples formas de traer al mundo hijos ,pero

prescindiendo del proceso natural que implica un acto de amor y la presencia amorosa de una

madre y un padre.

Todo hijo necesita de madre, de su ternura, de su atención , de su leche materna , de su voz, de su

cariño, de sus desvelos, de sus sacrificios y de todo aquello que integra la dulce tarea de ser

mamá.

Una sociedad sin madres será una sociedad sin ternura y sin el calor del verdadero amor

desinteresado que vive esa mujer que da todo por sus hijos.

Por eso es que necesitamos hacer el elogio de la madre y de la ayuda indispensable del padre.

Que las madres nunca consideren el hijo como un obstáculo a su realización como mujeres, sino

mas bien como el camino para dicha realización.

Pedimos hoy a Dios por todas las madres y para que en nuestra sociedad no caigamos en los

desaguisados de una ideología de género que viene de la mano de un feminismo extremo y

desaforado que desacredita la maternidad.

Temas relacionados Germán Maccagno Opinión Principal