Twitter" charset="utf-8"> La razón de que nos parece un mes más largo que el resto tiene su explicación en la química y, claramente, en nuestro cerebro. Todos experimentamos el tiempo de manera diferente, y hay una variedad de factores que pueden afectarlo.
Y acá entra en juego, la dopamina. En nuestro cuerpo existe este neurotransmisor que es el encargado de llevar información entre neuronas y tiene varias funciones, incluyendo el comportamiento, la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje.
La comida y las fiestas de diciembre, que dura exactamente lo mismo que enero, hacen que se pase más rápido debido a la gran cantidad de dopamina que nuestro cuerpo genera.
La vuelta a la rutina después de la fiestas, el calor y la menor ingesta de comidas y fiestas en enero, disminuyen el nivel de dopamina relentizando la percepción que tenemos de este mes. A esto se lo conoce como la hipótesis del reloj de dopamina.
https://www.instagram.com/p/B77C8Lojoxg/?igshid=4suf00stj5ab