A pesar de los esfuerzos del oficialismo para evadir la temática, las organizaciones sociales e instituciones de bien público, aunaron esfuerzos para solicitar la emergencia alimentaria y lograr que el gobierno destine más fondos para asegurar la alimentación de la población más vulnerable.
Pronto, otros sectores empezaron a dar a conocer sus realidades tan preocupantes como atendibles. Tal es el caso de Industriales Pymes Argentinos, que solicitaron que sus problemáticas sean tratadas también en el Congreso en sesiones extraordinarias para aprobar un paquete de medidas que ayuden a las pequeñas y medianas empresas industriales a paliar la crisis por la que atraviesan la producción y el trabajo.
Además, solicitaron que el bono para los trabajadores privados sea opcional o que sea compensado con contribuciones patronales.
Por otro lado, referentes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa ( CAME ), elaboraron un documento para solicitar al gobierno nacional una línea de créditos para inversión productiva con tasas del 21 %, un sistema de Repro Pyme Express para el sector, y la suspensión del impuesto al cheque, entre otras medidas.
Finalmente, las concesionarias de autos se sumaron a esta lista durante la semana, argumentando que venden la mitad de los vehículos que se comercializaban el año pasado durante estos mismos meses. El pedido en este caso tiende a obtener beneficios impositivos y financieros en todo el país, para poder recuperar el nivel de actividad.
Como vemos, los últimos meses de la gestión del presidente Macri y aun sin definición sobre quien gobernará nuestro país en los próximos años, la crisis se profundiza en sectores que por definición, son creadores de puestos genuinos de trabajo y que impactan duramente en la realidad de los argentinos.
