Un pequeño grupo de familiares y vecinos de un barrio de Tartagal terminó trocando pacíficamente el hall de la comisaría 42 en una improvisada sala velatoria, al no haber autorizado la Justicia la salida de un detenido por robo para las honras fúnebres de su padre.
El insólito hecho tenía ya un antecedente, cuando hace pocos meses el cortejo fúnebre de una persona se desvió hasta las puertas del penal de esa ciudad y en aquella ocasión el velorio se realizó directamente en la vía pública, como respuesta a la negativa judicial de autorizar una salida humanitaria.
Trascendió que los hechos comenzaron a desencadenarse cuando a las 20 de sábado se presentó la madre de un detenido a solicitar la salida transitoria del mismo al haber fallecido su padre, Ramón Velarde.
De la solicitud tomó conocimiento el secretario del juez de Detenidos, quien dispuso que el preso sea llevado solo para el funeral o entierro. A las 23 del mismo día se apersona la madre junto a los familiares y otras personas en un número aproximado a 30 personas, en compañía de medios de comunicación, quienes efectuaron el traslado del cajón fúnebre hacia la dependencia, ingresándolo a la sala de espera.
Allí con el fallecido en el hall de la comisaría 42 el juez de Ejecución y Sentencia dispuso que se traslade al detenido hacia su domicilio, desarmándose en minutos la improvisada sala velatoria.
Los incidentes se viralizaron rápidamente por todo el norte argentino.
Algunas filmaciones muestran el momento incluso cuando el féretro es instalado en plena comisaría y los deudos comenzaron a llegar a la misma.
La insólita medida de protesta la adoptaron ni bien se enteraron de la negativa judicial de otorgar el permiso humanitario al detenido Velarde.
El personal de la comisaría 42 que se encontraba de guardia a las 23.40 no podía creer lo que estaba viendo cuando en un viejo flete un grupo de unas 30 personas se detuvo frente a la sede policial y comenzaron a descargar los velones eléctricos el pedestal fúnebre, y segundos después descargaron el féretro con el difunto padre en su interior.
La intención, después explicaron los familiares del occiso, era velarlo en la comisaría para que uno de los hijos del fallecido que se encuentra privado de su libertad, acusado por un grave delito, "pueda estar cerca de su papá en los últimos minutos porque a la mañana lo llevamos al cementerio".
La familia Velarde reside en un asentamiento ubicado detrás del barrio Nueva Esperanza, en la zona sudeste de la ciudad.
Tanto los familiares como los presentes, la mayoría amigos del detenido, adujeron que la protesta era contra un funcionario judicial.
Los deudos creyeron que por recomendaciones del propio personal policial el funcionario había decidido no hacerle lugar al pedido para que Juan José Velarde (23), que se encuentra detenido acusado de robo calificado, pueda participar del velatorio de su padre.
Peligro de fuga
"Es una zona muy conflictiva, la gente en ese lugar es muy agresiva con el personal policial, por eso la recomendación fue que no se le diera permiso porque además con la ayuda de sus conocidos podía fugarse", explicó un oficial que pidió reserva total en su identidad por temor a sufrir represalias.
Lo cierto es que el velorio prosiguió normalmente en el asentamiento hasta el funeral y el joven fue conducido hacia las honras fúnebres fuertemente custodiado.
De vuelta con el velorio por la vía pública
Lo cierto es que con los familiares y el ataúd en el hall de entrada y el pedido para que lo saquen de la celda al joven detenido para que vea a su padre yacente, la policía consultó con el fiscal y con el juez de Sentencia, quien finalmente autorizó que se le permitiera al detenido participar una hora del velatorio, previa movilización de personal policial de diferentes dependencias para que lo custodien durante las honras fúnebres.
Tras ese acuerdo de gallos y medianoche se desarmó la sala velatoria en la comisaría.
Fuente: El Tribuno de Salta
