Salud

El probiótico antienvejecimiento que surgió del Conicet

En un modelo animal, Roberto Grau descubrió que el Bacillus subtilis aumenta la longevidad, entre otros beneficios.

19-11-2019 13:01

Como muchos investigadores argentinos que dedican décadas a la ciencia básica, Roberto Grau nunca imaginó que su trabajo terminaría en un producto que probablemente mejore la vida de las personas.

“Siempre esta esa idea en la cabeza, pero es difícil concretarla”, dice Grau, investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Invitado por una empresa de nutrción natural, hace unos días estuvo en Córdoba presentando un suplemento nutricional a base de Bacillus subtilis, la bacteria probiótica que investigó por años.

El hallazgo más resonante que hizo fue en 2017, cuando demostró que este microorganismo retarda el envejecimiento. El trabajo se publicó en la revista Nature Communications y fue firmado por varios integrantes del laboratorio de Grau.

Pero, atentos, que para el experimento utilizó como modelo el Caenorhabditis elegans, un nematodo (una especie de gusano de unos pocos milímetros). No son humanos, pero Grau explica que se trata de un modelo animal que utiliza la ciencia para realizar estudios de longevidad porque conserva un mecanismo genético regulador del envejecimiento similar al de las personas.

Además de alargarle la vida al nematodo (habitualmente vive 20 días, pero gracias al probiótico logró vivir 32), tiene el efecto de mantener la vitalidad. “Esto extrapolado a humanos significaría vivir más allá de los 120 años con una vitalidad de una persona de 50 años”, asegura Grau.

SABIDURÍA NIPONA

Los japoneses podrían no estar tan asombrados con este hallazgo, ya que desde hace siglos utilizan esta bacteria para elaborar natto, una comida de porotos de soja fermentados por el Bacillus subtilis. “Es fea, pero ellos le atribuyen ser responsable de la longevidad y de la buena salud, por eso la comen”, explica Grau.

Justamente, el científico rosarino decidió enfocarse en este bacilo tras un posdoctorado en el exterior donde tomó contacto con colegas japoneses que le hablaron de este microorganismo.

Ya se sabía que esta bacteria producía un efecto beneficioso sobre la inmunidad innata, una salvaguarda para infecciones, para el cáncer y para enfermedades neurodegenerativas.

Pero Grau también identificó los genes de la bacteria que están implicados en regular genes del hospedador (nematodo o humano) que llevan al aumento de la longevidad. Esos fragmentos de ADN son los mismos que intervienen en las personas que logran vivir más de 100 años, según otros estudios.

Y también demostró, siempre en modelos animales, que el Bacillus subtilis actúa como neuroprotector contra enfermedades como párkinson y alzhéimer.

SABIDURÍA NIPONA

Mientras tanto, con toda esta base científica, Grau decidió desarrollar un suplemento nutricional con el probiótico que se comercializa con el nombre de Kyojin. Parte de las ganancias se la llevan el Conicet y la Universidad Nacional de Rosario.

MEJOR QUE EL CANNABIS

Bacillus subtilis forma esporas, células muy resistentes al calor, al frío y a otras variables, con lo cual se puede agregar al mate, al yogur y a cualquier alimento.

Una vez en el hospedador, las esporas colonizan la mucosa intestinal y generan un biofilm, una comunidad de bacterias. “Estas colonias del probiótico son como una fábrica que produce compuestos beneficiosos”, asegura Grau.

El suplemento se puede tomar en forma de gotas que pueden agregarse a cualquier comida. A su vez, Grau asegura que hay varias empresas rosarinas interesadas en enriquecer sus productos con Bacillus subtilis.

“En algunos casos, es mejor que el aceite de cannabis, que ahora se utiliza mucho. Ese aceite es un compuesto químico, pero en este caso es un organismo vivo que coloniza el sistema digestivo y comienza a producir varios compuestos beneficiosos”, comenta Grau.

Fuente: La Voz del Interior

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