La historia de Neve es sorprendente. Todo comenzó cuando en un chequeo de rutina durante su embarazo, Laura recibió la peor noticia: uno de sus mellizos no estaba recibiendo los nutrientes necesarios. En cada visita al hospital, los doctores le aseguraban que la bebé no iba a poder sobrevivir.
A los siete meses de embarazo, Laura fue internada de urgencia y los mellizos nacieron luego de una cesárea. El panorama era devastador: el bebé pesaba 1,3 kilogramos y la pequeña Neve tan sólo 450 gramos.
"Era más pequeña que un bebé de juguete", explicó su madre. "Nunca habían visto una bebé así".
La pequeña sorprendió a todo el personal médico porque a pesar de su peso, no necesitó ningún tipo de respirador. Sin embargo, la situación de su hermano fue crítica. Él pequeño Louie tenía ambos pulmones colapsados y debió ser internado lejos de su hermana.
Gracias al arduo trabajo de los médicos y a la fuerza de estos dos luchadores, dos semanas después de su nacimiento ambos se reencontraron en la incubadora y el abrazo fue instantáneo.
Fuente: Infobae.