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Tenían la vida “perfecta” en Argentina y lo dejaron todo para cumplir el sueño de viajar

Gastón y Bárbara dejaron sus trabajos y a sus familias para recorrer el mundo.

16-07-2019 15:26

Tenían la vida que cualquiera podría describir como perfecta. Se habían conocido siendo niños, en la localidad de Casilda, al sur de la provincia de Santa Fe. Y cuando de jóvenes se volvieron a encontrar, ya nada los separó. Se casaron, compraron su casa y la acondicionaron mientras proyectaban vivir allí los mejores años de sus vidas. Además de jugar al fútbol en forma profesional, Gastón Bazet (30) había concluido sus estudios de martillero y corredor público en la Universidad Blas Pascal y trabajaba en una inmobiliaria. Bárbara Coirini (29), por su parte, se había recibido de Farmacéutica en la Universidad Nacional de Rosario y estaba empleada en un sanatorio privado.

"Teníamos la vida casi perfecta. Pero esta necesidad de viajar sin tiempos era nuestro sueño hacía varios años. Experiencias cercanas de amigos nuestros nos hicieron ver que se podía, que no era imposible. Eso, sumado al hecho de que solo podíamos viajar 15 días al año por el trabajo y en ciertas fechas, por fútbol, fueron las fuerzas que necesitábamos para tomar la decisión. En un primer momento era uno el que decía vamos y el otro se tiraba para atrás, pero unos meses después los dos estuvimos de acuerdo en que era el momento de dar el salto", recuerda Bárbara.

Y así fue que, tan solo cuatro meses después de haberse mudado a su nueva casa, tuvieron que volver a embalar todo, cerrar cajas y renunciar a sus trabajos en Casilda. "El momento de contarle a nuestra familia empezó siendo un tema de charla a la hora de almorzar o cenar cuando íbamos de visita. Hasta que llegó la hora de sacar el pasaje y todo se hizo realidad. Mi mamá es agente de viajes, por supuesto encargada de sacar el pasaje, y recuerdo que me decía, hija si yo te saco el pasaje significa que te vas. Tratábamos de explicarles a todos que, aunque costara creer, dejábamos nuestra vida cómoda y feliz. Hay mucha gente que sale de viaje porque atraviesa situaciones difíciles, porque no les gusta su trabajo, porque no están bien económicamente. En nuestro caso no había nada mas alejado que eso, nosotros estábamos bárbaro, teníamos nuestra propia casa, mucho trabajo, que además amábamos, una familia hermosa que veíamos toda la semana y amigos increíbles. ¡Pero había algo ahí que no nos completaba y eran nuestras inminentes ganas de viajar!".

Comienza la aventura

Pasajes en mano, se lanzaron a la aventura en abril de 2018. Arrancaron por Estados Unidos, visitaron el Gran Cañón, El Parque Nacional Yosemite, San Francisco y viajaron por la costa oeste hasta Los Ángeles. También conocieron Nueva York y desde allí volaron a España. "Una amiga de la familia nos había prestado un departamento en la Costa Dorada y fue ahí donde empezamos a planear cómo seguía nuestro viaje, además de dedicarnos a recorrer esa zona, que es bellísima". Y, en Mallorca, apareció la oportunidad de hacer workaway, es decir, intercambio de alojamiento y comida por algunas horas de trabajo.

"Nos esperaba allí una familia de Escocia, una que debemos decir, era muy particular. Nuestro trabajo era limpiar la casa, cuidar las gemelas y pasear al perro, algo muy simple realmente. Y solo algunas horas al día. Las otras nosotros las usábamos para pasear y buscar trabajo y vivienda durante los meses de verano". En Palma, Gastón consiguió trabajo como camarero en un bar en la playa. Pero como Bárbara no tenía papeles, la única opción que le quedó fue trabajar de niñera, en español y en inglés. Mientras, el objetivo era conocer la isla, hacer amigos y ahorrar para continuar el viaje.

Luego, volaron hacia Irlanda y de allí al Reino Unido, donde 5 housesittings los esperaban. Conocieron Inglaterra, Gales y Escocia y gente maravillosa que dejó marcas en sus corazones. También pudieron cumplir el sueño de pasar las fiestas en Londres, en invierno, donde los mercados navideños inundan las calles. De allí saltaron a Tailandia y se pusieron al día con sus exóticas comidas, olores y climas cambiantes. Luego recorrieron Laos, Vietnam y Camboya. Dos meses después, ya tenían los pasajes para volver a Europa, específicamente a Italia, donde Bárbara obtendría el pasaporte italiano.

Italia fue el país en el que más ciudades visitaron, más de 60. Y también donde implementaron por primera vez, otra forma de viaje, el couchsurfing: las personas prestan sus casas a la gente para que se queden durante una o varias noches y el objetivo final es solo el intercambio, ya sea de cultura, de idioma, de creencias. "Recorrimos de norte a casi el sur de Italia y de costa a costa hasta que llegaron mis papás, que por segunda vez nos venían a visitar. Juntos viajamos por Italia y Francia y aprovechamos los días a full porque sabíamos que luego iban a pasar varios meses para volver a vernos. Esta vez la despedida fue más dura, a medida que pasa el tiempo se complica cada vez más".

A la experiencia en Italia, siguieron Francia, Bélgica, Holanda, Suiza. Alemania y Austria. "En este momento estamos viajando en bus a Berlín, para un nuevo housesitting donde un gatito nos espera para que cuidemos de él, mientras recorremos la ciudad. Aprendimos que se puede vivir con poco, que cosas que antes pensábamos como importantes o necesarias realmente no valen nada. Que personas que considerábamos que eran nuestros amigos, no lo son. El viaje solo te acerca a los que realmente valen la pena y te aleja de los que no. Que el mundo es inmenso, alucinante, sorprendente. Que cada paso que damos nos enamora más de la vida que elegimos".

Viajaron en avión, en tren, en bus, en barco, en ferry, en auto, en moto y en bicicleta. Y así como durmieron en un hotel bellísimo a cambio de publicidad (cuentan sus experiencias a través de su cuenta de Instagram @elmundoxdentro) también lo hicieron en el piso de una aduana en Laos o en un camping arriba del auto. "Caminamos mucho, además de que ahorramos en transporte, es mejor para nuestra salud. No queremos vender una imagen de algo que no somos y no vamos a ser jamás. Solo queremos demostrar que, con esfuerzo y trabajo, todo se puede lograr, que hay que saber administrar bien las cosas y mayormente animarse a la aventura. Llevamos recorridos 30 países e incontables ciudades, pero nos quedan muchos sueños por cumplir".

Fuente: La Nación.

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