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Es argentino, tiene 23 años y fue becado para hacer un doctorado en Harvard

Nicolás se convirtió en uno de los argentinos más jóvenes en ingresar en la universidad más famosa del mundo.

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07-08-2019 15:40

"Siempre quise ser biólogo. Desde que tengo 9 años, pero no porque me gustaran los animales o la naturaleza. Sino por la parte molecular: me gustaba entender qué son los cromosomas, qué son las células, cómo estas máquinas tan chiquitas puede ejecutar programas lógicos, cómo pueden entender y responder en base a lo que tienen alrededor. Me parece todavía muy fascinante".

A los 15 le regalaron su primer libro de biología molecular, uno de esos manuales enormes. Ya estaba en el Colegio Nacional Buenos Aires y cursaba el tercer año, el primero en que tuvo biología como materia. "No había una orientación específica, pero eso me dio una formación súper holística. De hecho, algunas de mis materias favoritas fueron Derecho constitucional, Economía política y Filosofía", le contó a Infobae.

Quien habla es Nicolás Gort Freitas. Nicolás arrancará en dos semanas su doctorado en Harvard. Específicamente será en Biología de Sistemas Sintética y Cuantitativa; un nombre largo y amplio que contiene la parte computacional y la experimental de la disciplina. Tiene 23 años y eso lo convierte en uno de los argentinos más jóvenes en ser aceptados por la universidad más emblemática de Estados Unidos para hacer un PhD. Recibió una beca que le cubre toda la matrícula, seguro médico y dinero para vivir en la ciudad.

Claro que el camino no fue sencillo. Empezó hace poco más de un año. Por entonces, era becario. Estudiaba sistemas complejos en el instituto de Santa Fe, Nuevo México. Casi al final de la experiencia, le preguntó al director, doctor por el MIT, si lo veía preparado, si creía que tenía pasta para una postulación tan grande. "Me dijo: 'Sí, claro. De hecho, yo te voy a escribir una carta porque creo que tenés las dos cosas que ellos buscan: una capacidad lógica analítica muy importante, que sabe romper enunciados lógicos y también que aprendés muy rápido'", recuerda.

En la primera instancia de postulación, Harvard pide los boletines de calificaciones, entre tres y cinco cartas de recomendación, un examen de inglés, uno de matemática y otro de escritura analítica, un ensayo contando lo que ya hizo el candidato y sus intereses. Pese a su juventud, Nicolás había pasado por distintas áreas: en la secundaria hizo una pasantía en biología molecular, en la Facultad de Medicina de la UBA experimentó con ratones y ratas y en la Universidad de Texas trabajó en bioinformática.

Veinte días después le llegó un mail que le informaba que estaba entre los preseleccionados. El mail también lo invitaba a un viaje a Boston junto a los otros candidatos, con pasaje, alojamiento y comidas incluidos. Recorrieron la ciudad, conocieron la universidad e incluso fueron a un par de fiestas en el campus. Los fueron adentrando en la cultura Harvard.

Durante esa semana, además, los entrevistaron cinco profesores, aunque él pidió una conversación extra con un académico con el que sentía que pensaban "de la misma manera". Ese mismo profesor le reconoció que había tenido buenas consideraciones en el Comité de Admisiones. "Me dijo que solo faltaba la firma formal, pero que ya estaba adentro. No lo podía creer".

Fuente: Infobae.

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